Makis Prov:
La vida que viví durante dos semanas y media fue digna de películas, parecía una fugitiva de la ley escondiéndose en diferentes lugar, pagando por tener por una noche un techo decente sobre la cabeza y ocultando todo de los ojos de Juancho; el día de hoy nos debíamos cambiar de ciudad, y por ende, debía estar en el departamento para cuando nuestro querido amigo y su esposo nos vinieran a buscar, así que como pude metí mis maletas al departamento que se supone era mi hogar, y luego salí a hacerme la autentica huevona por los alrededores del edificio.
Para mi suerte, el estado de Natalia me había ayudado a quitar en gran medida los ojos de sobre mi cabeza, y había amainado un poco las insistencias de la misma castaña. Ella era otro punto, Natalia Afanador había ido en descenso desde que estuvo en el hospital, y pese a que los medicamentos habían ayudado a que ella pudiera soportar la comida, (porque la había visto comer unos cuantos bocados en una reunión que habíamos tenido), no era medida suficiente para que su cuerpo recuperara algo de lo que había perdido.
Natalia Afanador ya no era su problema, y debía convencerse de eso, debía dejar de pensar en cada cosa que le pasaba, debía arrancarla de su corazón, debía dejar de llorar por cada vez que sus ojos se encontraba con esos cansados orbes de color miel, debía dejar de morir en vida por alguien que estaba muriendo por otra persona.
—Makis, — escuché a mis espaldas, era Juancho. — hora de irnos.
—Está bien. — Le respondí, y sin siquiera proponérmelo, mi tono de voz estaba más apagada de lo normal.
Juancho me miró con ojos inquisidores. — ¿Estás bien pequeña?
—Si. — Sonreí de la manera más falsa posible. — Todo bien.
Él no me creyó, sin embargo no preguntó. — Te adoro Makis, sabes que puedes confiar en mi para lo que sea.
—Si lo sé. — Respondí dejándome envolver entre sus brazos.
Le miré con un poco de culpabilidad, sé que no solo destruiría mi sueño al irme, también destruiría el de él, el de las chicas, pero no podía evitarlo, no podía seguir saltando a ese profundo abismo al que había caído cuando su amor por Natalia había salido a la luz.
Juliana Prov:
Llegamos a nuestros nuevo destino y por ende nuestro nuevo departamento. Esta vez tenía la inocente esperanza de que Makis se quedara, de que decidiera no irse, de que nos diera la oportunidad de hablar, pero la forma desinteresada que tenía de pararse al lado de su maleta y la posición defensiva que había adoptado me habían roto por completo las esperanzas, aún así, no me rendiría con tanta facilidad.
— Bueno enanas, — comenzó Juancho con cierta ceremonia, — como siempre, tres habitaciones así que se lanza a la suerte la que duerme sola.
En esta ocasión, la que es favorecida por la suerte es Olgui, para el resto de nosotras, toca el sorteo de las parejas, pero esta vez, pienso darle un pequeño empujoncito a Natalia para que coja valor.
— Yo quiero con Cami. — Makis de inmediato me mira con un odio tremendo, como si en realidad al hacer eso la hubiese golpeado con fuerza; ella sabe que lo hice a propósito.
Por inercia busco la mirada de Nati, solo para hacerle saber que le estaba dando esta oportunidad para que hablara con ese elfo del infierno testarudo, pero solo me encontré con sus ojitos bajos, en el piso, completamente ausente y perdida; la miro con más detalles, su piel está pálida, sus ojos coronados con unas negras y exuberantes ojeras, su cuerpo completamente demacrado y con una delgadez extrema. Esa no era mi Natalia.
Estoy convencida de que algo pasó entre ellas, algo que hizo que mi castaña amiga terminara tan sumida en el dolor, que ni siquiera cantar la sanaba; cada vez la veía más ausente, más dolida, más rota, y para ser sinceras, cada vez menos viva.
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Para que nadie se entere - (Ventino) [Makia] Reescrita
Fiksi PenggemarVentino es una famosa girlband que en poco tiempo ha tenido un éxito increíble, se supone que la vida de sus integrantes está en el momento perfecto, son talentosas, hermosas y varias tienen novio, lo que el mundo no sabe es que dos de ellas viven s...