Capítulo 13 - Para saludarse, hay que despedirse. (Nuevo)

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Capítulo completamente nuevo.

Las chicas nunca se habían visto enfrentadas al mundo sin una de ellas, era como si de verdad estuvieran faltas de algún miembro y les fuera imposible enfrentar la vida de ese modo. Natalia era una de esas personas que se sentía coja sin Makis.

La muchacha había visto su peor pesadilla cumplirse al presenciar como María Cristina De Angulo se iba del departamento, y de sus vidas en cierto sentido, pues eso era lo que la pequeña había dado a entender una de las pocas veces que pudieron cruzar más de dos palabras, y en esa conversación claramente no estaba incluida Natalia.

—Chicas. — Llamó una ausente Natalia a sus amigas quienes se maquillaban en el living de su departamento. — ¿Creen que Makis quiera hablar conmigo el día de hoy?

Juliana dio un paso hacia ella, acariciando con suavidad la espalda de la castaña. — Preciosa, yo no sé que más podemos hacer para que ella quiera hablar, ni siquiera nosotras hemos podido hablar con ella de manera decente, la verdad es que no sé si ella quiera hablar contigo.

—Ya va cuatro día de que ella se fue. — Resopló Natalia. — Cuatro días desde que no he sabido nada de ella aparte de verla a medias en esas promos, y donde ni siquiera me cruza la palabra. — Una lágrima disimulada escapó de sus ojos. — No quiero seguir sintiendo que no la tengo, que perdí a mi mejor amiga.

—No sé que más podemos hacer Natalia. — Le respondió vagamente Olga desde la mesa. — No sé cómo hacer que Makis de quiera hablar con alguna de nosotras.

Natalia resopló, luego tomó todo lo necesario para poder maquillarse para el evento, pero de su mente no salió una idea, que ella no había sabido lo que era sentirse completamente mutilada hasta que Makis se fue, no había sabido lo que era sentir un vacío en el corazón hasta que no despertó con el con esos lindos ojitos achocolatados a su lado, hasta que simplemente no había escuchado su voz o hasta que no había sido la protagonista de sus abrazos; Natalia se sentía completamente pedida sin Makis, se sentía como un pez completamente fuera del agua, Natalia se sentía completamente perdida desde que la pequeña no estaba a su lado.

Era increíble el hecho de que la falta de una persona puede trastornar la rutina de otras, y eso había pasado con las chicas de Ventino en estos últimos días; Camila había dejado de escribir, Juliana ya no cantaba por las mañanas, Olga tenía insomnio y Natalia había perdido por completo el apetito. Como consecuencia, las energías de todas habían amainado, pero por sobre todo en Natalia, quien ya estaba sintiendo las consecuencias de la poca comida ingerida en esos días, esto también había hecho mella en la personalidad de la muchacha, quien ya se asemejaba más a un fantasma que a cualquier cosa.

—Natalia. — Esa voz a la lejanía logró despertar a la castaña de todos sus cuestionamientos. — Ya llegó Makis, y Juancho está subiendo, ya es hora de nos vayamos.

—Gracias Juli. — Susurró en tono ausente.

La morena miró sus ojos por medio del espejo, y sintió lo que nunca pensó sentir por Natalia; pena, los ojitos de la castaña solo dejaban ver a una mujer perdida, completamente desvalida e insegura, dejando en el olvido a esa Natalia espontanea, segura y decidida, ahora, solo podía ver a una niña temerosa.

—Preciosa. — Susurró Juliana al envolverla con suavidad entre sus brazos, sintiendo como las manos de ella amasaban sus antebrazos para cerciorarse de que ese abrazo era real. — Sé que te sientes perdida sin Makis, pero también nos tienes a nosotras, me tienes a mí, — la chica tomó una fuerte bocanada de aire, quería saber qué hacer para ayudarla, — yo también estoy contigo, solo debes contarme.

—Yo...yo. — Natalia sintió el llanto agolparse en sus ojos y los sollozos presionar su propia garganta. — Necesito a Makis, no sé cómo estar sin ella. — Lloriqueó, haciendo esfuerzos sobrehumanos para que sus ojos no dejaran migrar los ríos que arruinarían su maquillaje por cuarta vez en el día. — La necesito Juli.

Para que nadie se entere - (Ventino) [Makia] ReescritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora