-Muy bien, sólo será como una picada de sancudo- digo cariñosamente a Sandra, una niña de 8 años diabética, a la que estoy enseñando como inyectarse su insulina. Estos temas me ponen nostálgica, ver como los más pequeños sufren enfermedades.
Veo la hora nuevamente, hace 30 minutos tenía que haber llegado JuanPa a recogerme, pero nada. Al mediodía lo llamé del teléfono de Katty y dijo que vendría a las 5pm <<que raro>>.
Cruzo la calle frente al hospital, para llamarlo desde una cabina, y tiene el teléfono apagado. Estoy comenzando a preocuparme, pero ni siquiera me sé el número del estudio para contactar a su secretaria.
Son casi las 6 de la tarde, y como mi novio no aparece decido irme caminando hasta el centro comercial más cercano, compro un nuevo teléfono, y afortunadamente pude recuperar mi mismo número.
Llego a casa, saludo a mamá que está pegada a la máquina de coser y comenta -Dessi pensé que vendrías con Juan Pablo-. Le cuento que no sé nada de él, y ella asegura que estará ocupado. -Hija las malas noticias son las primeras en saberse, debe de estar en una reunión o algo así- asiento mientras camino a mi habitación para cambiarme.
Pongo a cargar el teléfono, actualizo la copia de seguridad y listo, tengo todos mis contactos, fotos, documentos <<definitivamente amo la tecnología>>. Abren la puerta y al levantar la mirada veo a Pao sonriendo, al detallarme el golpe en la cara habla alarmada -Ay prima, ¿Que te pasó? ¡Por Dios!-.
Nos abrazamos, le cuento acerca de mi robo y todo lo acontecido con Patricia... -Ay Dessi esa es una bitch, no te dejes quitar a tu bombón ¿por cierto como está?-. Río por la forma en que llamó a la ex de JuanPa, le digo que no sé nada de él y estoy preocupada.
-Relájate prima, seguro está con la otra- comenta riendo, yo no le veo nada de gracia a su comentario, es que de sólo imaginarme a Juan Pablo con otra mujer ya tengo ganas de matarlo y comermelo vivo.
Una llamada entrante en mi nuevo móvil nos interrumpe, no conozco el número, al contestar saludo;
-Buenas noches- escucho mucho ruido del otro lado y una voz ronca me responde
-Buenas noches Dessire, me imagino que estás inquieta sin saber nada del pobrecito de tu novio-.Me levanto sobresaltada de la cama -¿Quién es usted. Donde está Juan Pablo?.
-Cálmate princesa que él está bien, bueno todo depende de ti- dice burlándose.
-¿Qué quieren? Yo hago lo que sea, pero por favor no le hagan nada-.
-Muy bien así me gusta, luego te llamamos princesa- cuelgan sin dejarme contestar, las manos me tiemblan y las lágrimas amenazan con salir de mis ojos.
Paola intenta calmarme, - Dessi tranquila, vamos a buscar a mi papá, él es policía y podrá ayudarnos-.
...................
Han pasado 37 horas desde que recibí la primera llamada, me enviaron una foto de JuanPa amordazado y atado a una silla. La comida no me pasa, sólo lloro y le pido a Dios que lo proteja. Estoy con sus padres en su apartamento y todo un equipo de policía que mi tío político puso a nuestra disposición.
Quieren intervenir las llamadas, pero los secuestradores son astutos y no duran el tiempo necesario. Me están pidiendo dos millones de dólares y juro que si los tuviera los diera sin dudarlo un minuto, en cambio mis suegros dicen que es una exageración, y prefieren la ayuda de la policía.
Todos brincamos cuando mi teléfono empiezo a sonar, -Si díganme- repito nerviosa.
- ¿Ya tienes el dinero princesa? - pregunta uno de los delincuentes, los policías me hacen seña para que diga que sí.
-Muy bien, nos vemos en dos horas en la troncal 14, diagonal a playa Marbella, al llegar colocas el dinero en el container de basura que está a la izquierda...- el tiempo sigue corriendo y por lo que veo los funcionarios lo están logrando.
Me indican que siga hablando, y yo me hago la que no escucho para que repitan y dure más la llamada. Cuando el jefe de la policía muestra el dedo pulgar, concreto el encuentro con el secuestrador.
Tienen la dirección exacta de donde se hizo la llamada, efectivamente es cerca de playa Marbella, en un local abandonado. Aparcan las camionetas dos cuadras antes para montar todo el operativo, por más de que los policías se negaran a traerme, aquí estoy en medio de armas y chalecos antibalas.
Rodean el local y desde donde estoy escondida con una funcionaria puedo ver todo. Creo que ya no tengo uñas de lo nerviosa que estoy. -Salgan con las manos en alto y les perdonaremos la vida- gritan los policías.
Al cabo de unos minutos, los más largos de mi vida, veo cómo sale Juan Pablo atado de manos, con su traje todo rasgado, un hombre blanco lo empuja desde atrás, mientras lo apunta con un arma.
Cuando veo que los policías tienen la situación controlada, me suelto del agarre de la funcionaria y corro hacia él. Su mirada se ilumina al verme y sonríe. Me abrazo tan fuerte a su cuello que comienza a toser.
-Ay perdón mi amor. Te extrañé tanto, estaba que me moría del susto- digo con la voz entrecortada por las ganas de llorar.
-Yo pensé que iba a morir sin verte otra vez mi preciosa. Ya todo pasó, no llores más-.
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Rompí mi regla de oro
Literatura Feminina"Cuando escuché que el AMOR era la fuerza que movía el mundo, jamás imaginé que nosotros quedaríamos tan cerca" Un día reía en su país con sus amigos y su prometido, y al otro lloraba una traición a cientos de kilómetros. Dos años después, Dessire...