Capítulo 20: Una cama para dos

5.2K 276 2
                                    

No me he despegado ni un minuto de Juan Pablo desde que lo abracé afuera del lugar donde lo tenían secuestrado. Llevo tres días quedándome en su apartamento, ya que sus padres regresaron a Panamá porque Juliana tenía clases en la universidad, y no quiero dejarlo solo.

Pedí un permiso especial en el hospital hasta el lunes y JuanPa ha trabajado desde casa, esa es la ventaja de ser su propio jefe. Veo nuestros pies enredados en el sofá, y no puedo creer que este hombre ha logrado en unos meses romper mis barreras e inseguridades acerca del amor.

Estiro la mano para agarrar más palomitas de maíz, y al pasarla cerca de su cara, me muerde. Lo golpeo suavemente en la mejilla y empieza una lucha entre ambos, coloco una mano en su frente haciendo presión para que no me muerda, pero es mucho más fuerte que yo, río a carcajadas mientras me muerde desde el cuello hasta el abdomen.

Cuando ya nos cansamos del juego, lo observo y suspirando susurro -Mi amor ya es hora, tengo que regresar a casa y lo sabes- haciendo pucheros niega con la cabeza.

- Nooo preciosa, mudate conmigo ¿sí?- abro los ojos como platos.

-¿Qué dijiste? Estás loco como vamos a vivir juntos-

-Pues viviendo Dessi, somos adultos y nos amamos. ¿que tiene de malo?- casi me ahogo con lo que acaba de decir, enojado agrega.

- Bueno yo si te amo, pues-.

Me acomodo en el sofá para verlo a esos ojos que me hignotizan, aclaro la garganta y respondo sin pensar, así como suelo hacerlo.

- No te pongas en esa actitud, sabes que para mí no ha sido fácil darme cuenta que te quiero, pero lo que sí descubrí al sentir que te perdía es que estoy locamente enamorada de ti- él asiente con emoción y continúo

-Además tenemos un problema- arruga el entrecejo porque no entiende a que me refiero.

-Tenemos que ir a casa para hablar con mi mamá y buscar mi ropa. ¿ O crees que voy a seguir usando esto?- digo mientras señalo una de sus camisas que traigo puesta. Él me alza entre sus brazos y empieza a dar vueltas conmigo riendo.

JuanPa detiene la camioneta frente a la casa, estoy tan nerviosa por lo que vaya a decir mi mamá, me siento como cuando le conté que había perdido la virginidad. <<es raro, pero siempre he tenido mucha confianza con ella>>. Aunque en vez de regañarme como yo creía, me aconsejó para que me cuidara.

Al abrirnos la puerta nos saluda -Hija te acordaste de donde vives. Hola yerno me alegra que estés bien- la abrazo sonriendo y Juan hace lo mismo. Nos sentamos en la sala a tomar café y decido hablar de una vez por todas.

-Mamá tenemos que hablar contigo-.

Me interrumpe poniéndose una mano sobre el pecho. -Ay Dios mío Dessi... no me digas que voy a ser abuela- Juan casi escupe el café y yo no paro de reír con su comentario.

JuanPa le cuenta que decidimos vivir juntos y con la cara que ha puesto no sé ni que pensar.

-Mamá di algo por favor- ruego.

-Si tú eres feliz yo también mi niña, pero no me agrada que vivan sin ni siquiera estar casados, además David y tú hermano deberían aprobarlo primero- argumenta.

-Ya Juan Pablo llamó a papá y a Deivis, ellos están de acuerdo. Eso de estar casados es una tontería mamá, da lo mismo vivir con un papel firmado o no-.

-Definitivamente los tiempos han cambiado Dessi, cuando yo me mudé con David fue vestida de blanco y eso que mis padres vivían aquí en Colombia y yo sola en Venezuela-.

Volteo para ver a Juan Pablo y tiene cara de terror, ninguno de los dos se imaginaba que mi mamá se pondría en este plan. Me agacho entre sus piernas para mirarla a los ojos y le digo.

-¡Mami! ¿Que pasa, dime. Tu nunca has cuestionado mis decisiones. Por qué ahora sí?-

Resopla con los ojos aguados diciendo -Ay mi niña es que creciste tan rápido. Claro David porque está en Venezuela con la estúpida de la mujer que vive y Deivis tiene a Gabriela, pero yo. Yo viviré sola ahora-.

Las lágrimas corren por mis mejillas, la verdad no había pensado en ese detalle, me siento culpable. Mi mamá se levanta y me tiende la mano, nos abrazamos y murmura en mi oido.

-Llegó tu momento de ser feliz, Abre tus alas y vuela. No permitas que nada te detenga, ni siquiera esta vieja. Ya yo viví, ahora te toca a ti. Te amo Hija-.

La abrazo fuertemente y le digo lo mucho que la amo.

Juan me ayuda a hacer la maleta, y su cara de felicidad no tiene comparación, yo en cambio estoy nostálgica, quiero dar este paso, pero me afecta separarme de mi mamá nuevamente.

..........

Aunque parezca raro me levanto antes que él, entro al baño hago mis necesidades y lavo mis dientes. Voy a la cocina, pongo la cafetera a funcionar y me siento en las sillas alrededor de la encimera, detallando mi nuevo hogar; en medio de la sala hay un estante con un gran televisor, me llama la atención unos CD's que sobresalen de uno de sus costados.

Cada uno tiene una etiqueta con un título, hay uno que no dejo de observarlo, siento que si lo veo estoy faltando a su privacidad, pero puede más mi intriga que la razón, coloco el cd titulado "Nuestro primer año juntos".

Imágenes de Juan Pablo y Patricia corren por mis ojos, viendo películas, comiendo, riendo como cualquier pareja normal, y siento celos, muchos celos, lo guardo en su lugar y sirvo dos tazas de café.

Abro la puerta y mi bombón particular está recostado viendo el techo con las manos detrás de su cabeza, lo veo de arriba abajo sin disimulo. -¿Admirando la vista mi amor?- pregunta con una ceja enarcada.

Asiento mientras sonrío, beso sus labios y le tiendo la taza de café. -Anoche me pareció que te costaba dormir preciosa- .

-Ay sí, aunque tu cama es muy rica, creo que extrañaba la mía-.

Fijo mi vista en los muebles de la habitación y el vídeo viene a mi mente, todo está igual como cuando ella vivía aquí.

-Dessi me escuchas, hey nena ¿si o no?- murmura Juan Pablo tocándome la mano. -Ah perdón cariño, que me preguntabas-.

-No importa, más bien dime ¿qué te pasa?. Y no me digas que nada porque te conozco Dessire-.

Pongo los ojos en blanco y busco la forma de contarle sin que suene a reclamo.

- Es que vi uno de tus videos- él abre los ojos. -Pude apreciar que nada ha cambiado desde que ella vivía aquí- digo señalando todo.

-Oh mi amor es eso. Disculpame sí, olvidé por completo deshacerme de ese video. Y si te incómoda este sitio, lo remodelamos o lo vendemos y compramos otro, lo que sea para que tú te sientas en casa, porque este es nuestro hogar-.

Solamente él logra derretirme y hacerme olvidar mis inseguridades con unas cuantas palabras. Recibo un whatsapp de mi prima.

Paola
8:35am
-Me acabo de enterar por mi tía que ya no somos vecinas, te voy a extrañar muchísimo. Pero estoy contenta por ti, porque llegó tu momento de olvidar el pasado y darte cuenta que no todos son como Antony, sé feliz y pal carajo tu regla de oro, mira que un extranjero así no se consigue todos los días-.

Río por su mensaje y se lo enseño a JuanPa que me ve interrogativamente, lo abrazo diciendo -Por tu culpa rompí mi regla de oro, pero no me arrepiento en lo absoluto, te amo talentoso productor...

Rompí mi regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora