Capítulo 38: Falsa alarma

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-Mi amor apúrate se nos va a ser tarde- grita Juan Pablo.

-Voy amor- respondo saliendo del baño.

No sé si fue un chocolate que me comí hace rato, o el estrés de estos días que me tiene mal del estómago. Además los nervios los traigo de puntas, hoy es el concurso y estoy deseando que Paola gane.

Me siento agotada, estuve alrededor de siete semanas ayudándola en todos los preparativos y para completar he trabajado el doble en el hospital porque una enfermera renunció.

Camino hacia la salida donde me espera mi marido y me siento incómoda, el elegante vestido rojo que llevo puesto me queda un poco ajustado, bueno la verdad es que he subido casi dos kilos y medios; Joshua, mi entrenador me mandó una dieta que no he cumplido en lo más mínimo, yo no soy de las que le encanta un cuerpo fitness, sólo voy al gimnasio para combatir la celulitis y flacidez... Ah y para poder rendir en la cama y no cansarme con facilidad.

Llegamos al hotel Decameron, lugar donde se celebrará el magno evento, todo es exclusivo, parece sacado de un cuento de hadas. Apenas bajamos del auto los camarógrafos nos acorralan, mi bello esposo que luce un esmoquin gris oscuro me toma de la cintura mientras sonríe a los flashes.

-¿Juan Pablo es verdad que su matrimonio pende de un hilo?- pregunta una indiscreta pelirroja.

No se de donde coño sacan semejante conjetura, afortunadamente JuanPa sabe manejar estas situaciones y le dio una respuesta contundente, y muy llena de amor hacia mí.

Finalmente entramos, nos sentamos en la tercera fila a un costado del escenario, porque es el único espacio disponible, a lo lejos veo a mi tía y a mis padres conversar, les guiño un ojo cuando hacemos contacto y las luces se encienden para dar la bienvenida a los presentadores.

Luego de los típicos saludos comienzan a salir las chicas, Pao fue la octava en caminar por el escenario, está demasiado bella con esas mechas rubias que le hicieron en su melena castaña.

El desfile en trajes de baños fue muy emotivo, cuando escuché su nombre los vellos del cuerpo se me erizaron, estoy rogándole a todos los santos que mi prima gane.

"En el departamento de Bolívar tenemos a la estudiante de diseño gráfico Paola Guzmán, sus medidas son 89,62,92". Anuncia la anfitriona.

Tras unas cuantas presentaciones de los artistas del momento, y el testimonio de anteriores reinas de bellezas, van llegando al final del certamen.

La veo salir con el precioso vestido que le ayudé a escoger y las lágrimas salen de mis ojos, ya está en el cuadro de las diez finalistas y eso me llena de orgullo independientemente de que logre quedar o no.

-Dessi, nena ¿Y ahora por qué lloras?- me interroga mi marido que está sentado a mi lado.

-No sé- digo entre sollozos -Es que me da emoción verla allí logrando sus sueños-.

-Mi amor no me lo tomes a mal. Creo que deberías asistir a un control hormonal, sé que siempre has sido llorona, pero últimamente cada vez que te viene la menstruación te pones demasiado sentimental- sugiere con cara de preocupación.

Me parece una estupidez eso que me acaba de decir, si él  sabe que yo siempre he sido así. Lo que pasa es que ahora me afecta el hecho de que no me he podido quedar embarazada.

Estoy muy ilusionada con eso, he imaginado tantas formas de decirle cuando por fin logre tener un hijo suyo en mi vientre, que me desespera que me venga el periodo. Incluso hasta compré un gorrito de bebé de lo más cuchi, lo vi en una tienda y no pude resistirme, sin embargo lo tengo escondido para que JuanPa no lo vea y sospeche.

Ha llegado el momento final y estoy que me quedo sin uñas, esta animadora me tiene hasta la coronilla de tantos preámbulos para abrir el sobre que contiene a las cinco ganadoras.

"Como tercera princesa tenemos a, a: La señorita Atlántico" aplausos van y vienen. Y yo estoy que le arranco el papel de la mano a esta mujer.

"El puesto de segunda princesa es para: Señorita Putumayo"

"Y la princesa principal es, es: Señorita Bolívar".

Después de ahí no supe quien quedó de reina y virreina, porque para mí Paola ya es ganadora, el hecho de haber quedado de primera princesa me llena de felicidad, yo sé lo mucho que ha luchado para ser parte de esto.

La algarabía que hay en este lugar es obstinante, en estos momentos deseo estar en mi cama abrazada a mi esposo, me siento tan cansada que no sé que inventarme para no ir a la recepción a celebrar el triunfo de las ganadoras.

La veo caminar entre el barullo y corro para abrazarla:

-Felicidades prima hermosa, yo sabía que serías la mejor, no estés triste, más bien sientete orgullosa por haber llegado hasta aquí-.

Asiente con los ojos aguados y cuando va a responder, la llaman para hacerse las fotos oficiales.

Aprovecho esa oportunidad para decirle a JuanPa que me quiero ir, sigo indispuesta del estomago y prefiero estar en casa. Además ya casi es medianoche y mañana trabajo temprano.

...............

El teléfono no para de sonar y quiero estrellarlo contra la pared, siento que no he dormido nada.

-Nena levántate- dice mi hombre mientras me besa la mejilla.

Me remuevo en la cama sin querer abrir los ojos, beso sus labios y me estiro para agarrar el celular que sigue timbrando. Apago la alarma y cuando lo voy a dejar sobre la mesita, una notificación de "Flo" me detiene.

"Retraso de 4 días"

¡OMG! Había olvidado por completo que tengo días con los síntomas de la menstruación, pero nada que llega. No debo emocionarme me repito mentalmente, me levanto para ir al baño antes de que JuanPa me interrogue por la cara que debo tener.

-Dessi ya sal del baño por Dios, estoy intrigada- grita Katty.

Abro la puerta del servicio de personal médico y le extiendo las tres pruebas de embarazos que ella misma me obligó a comprar.

-Míralas tú, yo no soy capaz- susurro.

Katty, mi única amiga en este país y compañera de trabajo, no dice nada, sólo ve los test y luego me ve a mí, repite ese proceso unas cinco veces y creo que voy a enloquecer.

Finalmente suspira y habla.

-Oh Dessi lo siento, las tres son negativas. Pero no te desanimes vamos a pedirle una cita a la Dra Sánchez, por algo es la mejor ginecóloga de la ciudad, ella te ayudará-.

No sé ni que decir, la verdad me había hecho mucha ilusión, a veces siento que la vida me está castigando por tanto haberme negado a ser madre.

Rompí mi regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora