Capítulo 39: Superando obstáculos

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-Gracias por traerme mi amor, que tengas un buen día. Te amo- me despido de mi marido, le doy un beso y bajo del auto.

El mío está en el taller, y la verdad extrañaba ver su cara seria mientras conduce. Desde que cumplí años y me regaló el carro, cada uno va al trabajo por su lado.

Y por si fuera poco, anoche tuvimos otra discusión por el tema del bebé, estuve a punto de contarle que no me estoy cuidando, pero no fui capaz.

Entro al hospital y saludo a todos los que voy encontrando en mi camino, en tan poco tiempo he logrado ganarme el cariño de todo el personal. Llego a la emergencia pediátrica y rápidamente me pongo a organizar los horarios de esta semana en la computadora.

-Buenos días señorita Vivas- Levanto la mirada y me doy cuenta que es la jefa de recursos humanos que me está saludando.

-Buenos días...- ¿Ay coño como es que se llama esta mujer? Me pregunto para mis adentros, disimulando con una sonrisa en mis labios.

Ella al parecer lo nota y comenta de forma cortés.

-Necesito que te pases por mi oficina en media hora por favor... ah y mi nombre es Ruth Díaz-

-Claro señora Díaz, allí estaré-.

Sigo entretenida con mis labores, y al cabo de un rato llega Katty, me ve con esos ojos oscuros incisivos y me abraza. Desde que me hice la prueba de embarazo hace 27 días, ella está más unida conmigo.

Veo la hora y es momento de pasar por recursos humanos, estoy intrigada, porque ni me imagino cuál será el motivo que requiere mi presencia.

Toco la puerta un par de veces y la señora me hace pasar, me siento frente a su escritorio y espero que termine una conversación telefónica que tiene.

-Muy bien señorita Vivas. Oh perdón verdad que Ud. se casó hace poco. Señora Echeverría- no la dejo continuar y le aclaro.

-No se preocupe, yo sigo manteniendo mi apellido de soltera en el trabajo-.

-Ah bueno, el motivo de mi llamado es para explicarle que hace unos meses Ud debería haber tomado vacaciones, ya que cumplió el año laborando para nosotros, así que el mismo hospital se las programó-.

Obviamente yo sabía, pero justo cuando iba a tomarlas me ascendieron y preferí dejarlas para después.

-Desde este mismo momento ya se encuentran libre para disfrutar de unas merecidas vacaciones. Debe volver a principios del mes de enero-.

¡Joder tanto! Apenas estamos a mediados de noviembre me aburriré de estar sin hacer nada. Le agradezco y salgo para seguir con mi trabajo, ya que estoy aquí terminaré mi jornada completa.

Las horas transcurren a paso de morrocoy, bueno lo que pasa es que cuando no hay casi pacientes nos aburrimos, mientras que cuando a todos se les da por enfermarse, perdemos la noción del tiempo.

Tengo rato detrás del mostrador charlando con mis compañeras, a pesar de ser la jefa de personal, yo hago lo mismo que ellas, sólo que me encargo de que todo marche en orden.

-Dessi deberías irte, no seas tonta... oficialmente estas de vacaciones y aquí no estás haciendo nada- me regaña Katty.

Tras pensarlo unos minutos, le respondo:

-Tienes Razón, es más voy a pasarme por el estudio para invitar a comer a mi esposo-.

Salgo con mi uniforme, ya que no traje ropa para cambiarme, hoy no pensaba ir al gimnasio porque ando con mucho dolor en las caderas y piernas.

Rompí mi regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora