Capítulo 40: Vacaciones adoradas

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Juan Pablo está tan misterioso con lo del viaje que es desesperante. Él se ha encargado de planificar todo, y por más de que le he preguntado a que parte vamos y el tiempo que duraremos, se niega a adelantarme el más mínimo detalle.

Ya llevo dos semanas de vacaciones, lo que hago es dormir y comer, no recordaba lo reconfortante que era estar por horas en una cama, claro que cuando mi marido está conmigo lo que menos hago es descansar.

Lo veo caminar por la habitación mientras se prepara para ir al trabajo y no puedo negar que cada día estoy mas enamorada de este hombre. Debo levantarme porque iré a visitar a los tortolos de mis padres, pero la flojera no me deja.

-Dessi nena apurate, me harás llegar tarde a la reunión- me regaña viéndome a través del espejo, donde se acomoda su elegante traje negro.

Hace dos días estuve en casa de mis suegros y como JuanPa me fue a buscar, dejé mi auto allí, por eso hoy el me llevará a recogerlo para luego irme a donde mi mamá a pasar el día, ya está bueno de tanta dormidera

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Hace dos días estuve en casa de mis suegros y como JuanPa me fue a buscar, dejé mi auto allí, por eso hoy el me llevará a recogerlo para luego irme a donde mi mamá a pasar el día, ya está bueno de tanta dormidera.

Pasé todo el día ayudando a mis padres con el nuevo proyecto que tienen. Se animaron a abrir una tienda de ropa, diseñada por mi mamá, estoy tan feliz por ella, porque finalmente logrará su mayor sueño.

Aproveché de hacer un montón de videollamdas para saber de mi gente, puesto que ya estamos en vísperas de navidad.

Pao sigue de viaje cumpliendo con sus compromisos de princesa en el Reinado Nacional; mi hermosa sobrina cada día está mas grande y entendida; mi amiga Leslie ha decidido darse una oportunidad con Eduar (el mejor amigo de mi marido), quien ahora se la pasa yendo a Venezuela para verla.

Llego al apartamento sobre las 7 de la noche y ya mi esposo me espera en la cocina, lo veo de espaldas removiendo lo que sea que está preparando sobre la estufa, y camino en silencio para asustarlo.

Justo cuando estoy cerca, él se voltea haciéndome pegar un brinco a mí.

-Ay mi amor me asustaste- exclamo con la mano en mi pecho.

Me ve con una ceja alzada.

-¿ Y tú no querías asustarme a mí?. Eres una chica mala, te voy a castigar-.

No lo dejo terminar, empiezo a correr por todo el salón, mientras él intenta atraparme... luego de brincar sobre los sofás logra derribarme haciéndome cosquillas.

Río sin poder evitarlo, él también está muy animado con nuestro juego. Al cabo de un rato nuestras respiraciones se normalizan, y me da la mano para ayudarme a levantar.

Cenamos una rica ensalada de atún, mientras nos poníamos al día con lo que hicimos cada uno.

-A propósito mi amor- habla llamando mi atención. -Pasado mañana salimos en el primer vuelo y ni preguntes porque ya sabes que es una sorpresa-.

Rompí mi regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora