Capítulo 24: ¿Hacer el amor o follar?

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Han pasado 3 semanas desde que regresamos a Colombia, JuanPa respetó mi decisión de vivir en casa de mi madre. Sin embargo, me visita todos los días, y casi tengo que correrlo en las noches para que se vaya a su apartamento.

Afortunadamente me volvieron aceptar en el hospital. Le conté a mi jefe lo ocurrido, y más bien me aconsejó de luchar por nuestro amor.

Los medios de comunicación siguen haciendo de la suya, han publicado que estamos separados por una infidelidad, y para mi desgracia, las fotos también fueron reveladas.

Mi mamá por su parte, cree que es una estupidez que vivamos separados, según ella, estamos dándole el gusto a la loca de Patricia, pero aunque nadie me entienda, pienso que es lo mejor, yo necesito mi espacio, necesito poner en orden mis sentimientos.

Bajo de la trotadora, y me encamino hacia mi entrenador que está sentado detrás del mostrador. -Joshua ya terminé por hoy, nos vemos mañana- me despido acercándome a la puerta de cristal que da a la salida.

-Hasta mañana Dessi, ¿Oye te vas así?- pregunta señalando mi short corto de deporte. Sonrío y le contesto -Juan Pablo me está esperando afuera-.

-Ya decía yo, que era muy raro que ese hombre dejara que mostrarás tus piernas por allí- grita para que lo escuche.

Salgo con una sonrisa en mis labios por las ocurrencias de Joshua, veo la camioneta en frente, me acerco y subo a ella saludando -Hola mi amor-.

JuanPa no responde, sino que me jala para besarme con desespero, nos separamos cuando ya no podemos respirar y comento -¡Vaya! que recibimiento el tuyo-.

-Dessi me estás volviendo loco nena tengo 29 días sin tocarte, sin hacerte mía-.

Lo miro levantando una ceja -JuanPa te recuerdo que la noche que pasamos en Los Roques hicimos el amor-.

-Sí, yo sé, pero eso fue hace como 20 días, y yo no me refiero hacer el amor, yo deseo follarte Dessi, jalarte el cabello, morderte, devorarte con deseo-.

Me remuevo sobre el asiento porque sus palabras están haciendo efecto en mi entrepierna -Juan Pablo no hables así por ¡Dios! me humedecí de sólo escucharte- lo regaño y él  ríe.

-Eres tan caliente como yo preciosa- dice acelerando la camioneta -¿A dónde vamos? Pregunto cambiando de tema para no follarmelo aquí mismo -A tu casa para que te cambies, necesito que me acompañes al estudio-.

¿Y ahora qué será? Esta última semana Juan Pablo ha estado demasiado intenso con el tema del aniversario número tres de "Produced Music". Quiere hacer una fiesta por todo lo alto, con esos invitados estirados y ricachones que tiene como clientes. Aunque no me agrada mucho la idea, lo apoyo, se que esas son buenas oportunidades para atraer nuevos artistas y negocios.

No les niego que el hecho de saber que en los dos aniversarios anteriores la que lo acompañó fue Patricia, me da celos, gracias a Dios que no podrá asistir, debido a la orden de alejamiento.

Llegamos a casa, saludamos a mi madre, y mientras yo me ducho, él se queda en la cocina hablando con ella, últimamente andan con una secreteadera que me tiene intrigada.

-Juan Pablo ya estoy lista- grito desde mi habitación que queda junto a la puerta de la salida. -Adiós mamá, regreso en un rato-.

Lo espero recostada a la camioneta, sale acompañado de mi madre, se despide y sube, maneja en silencio, hasta que yo hablo -¿Qué haremos en el estudio cariño?-.

-Nos espera Brandom Linc, el diseñador que nos hará la vestimenta para la fiesta preciosa-.

-¿Diseñador, tan importante es esa fiesta? Pregunto sorprendida.

Ni me respondió, y hasta creó que se molestó por el tono de mi pregunta. Yo sé que es su estudio de grabación y todo lo demás, pero de allí ha prácticamente obligarme que vestir, me parece una exageración.

-Dessire que bueno verte- me saluda Doris al verme salir del ascensor.

 -Lo mismo digo querida- respondo sonriendo.

Caminamos hacia la oficina de mi panameño particular, que anda con cara de malos amigos -Sr Echeverría, el señor Brandom los espera adentro- anuncia Doris a lo lejos.

Sí que está molesto porque ni respondió, y JuanPa suele ser extremadamente educado, creo que tanto estrés con el tema de la celebración le está pasando factura. Le agarro la mano justo cuando el toma el pomo de la puerta con la otra, voltea para mirarme a la cara y lo ánimo:

-Todo va a salir bien amor, sabes que puedes contar conmigo- asiente esbozando una sonrisa.

El diseñador terminó siendo más afeminado que yo, él mismo me sugirió un modelo que de sólo imaginarmelo dejaré con la boca abierta a más de uno. Juan Pablo pidió que vistieramos de un color azul, ni tan oscuro, ni tan llamativo.

Según lo que dijo Brandom, a él le harán un traje ajustado a su perfecto cuerpo, mientras que mi vestido tendrá transparencias en el pecho y la parte baja de la espalda, será completamente largo, con corte de sirena para mostrar mis curvas.

Por fin hemos quedado solos, después de tantas medidas, y escoger entre varias telas. La verdad es que yo soy más de comprar lo que veo en una vitrina, de echo esto es lo primero que mando a diseñar en mi vida. Incluso cuando tenía planes de casarme con Antony ya había visto un vestido en una tienda.

-Dessi- Juan Pablo me saca de mis pensamientos. Volteo para verlo detrás de su escritorio. Estamos a una distancia prudente, yo estoy asomada al gran ventanal que tiene en su oficina con vista al mar -Dime mi amor-.

Su mirada es de puro deseo, tiene las pupilas dilatadas y sus ojos son un completo caramelo, mi respiración se acelera y no puedo negar que me vuelve loca cuando me vé así.

Camino hacia la puerta para asegurarla, lo incito con la mirada, me  saco las zapatillas con los pies y comienzo a bajar mi pantalón, él traga  fuerte y arrima la silla ejecutiva hacia atrás, desabotona su guayabera sin dejar de observarme.

Tengo sólo mi bikini puesto, toda mi ropa está regada en la oficina, sé que es una locura porque Doris está a escasos metros de nosotros. Él se levanta para bajar sus pantalones y me indica con la cabeza que me acerque.

Me paro en frente de él y lo empujo para que vuelva a sentarse en su silla, lo ayudo a sacarse el boxer y bajo mis pantis, me siento caliente, muy caliente... ni siquiera nos hemos tocado, ni besado y estamos desnudos tan cerca que no aguanto más.

Me trepo sobre él, coloco mis piernas a cada lado, para quedar sentada frente a frente, lo agarro por el cabello y lo beso con desespero y pasión. Juan Pablo me chupa, me succiona enloquecido, baja sus labios hasta mis senos haciéndome arrancar chillidos de placer.

Me levanta un poco, y guía su pene hasta mi vagina humedecida, entra en mí lentamente, provocando que eche la cabeza hacia atrás como el exorcista, comenzamos a movernos apasionadamente y los gemidos salen de nuestras bocas sin poder controlarlos.
-Quiero follarte duro nena- dice elevándome con sus brazos, nunca antes una frase me había encendido tanto.

-Sr Echeverría su mamá lo necesita urgente al teléfono- dice Doris golpeando la puerta y haciendo que el éxtasis sea más intenso, Juan Pablo muerde mis labios evitando que chille.

Después de unos minutos de haber tenido un magnífico orgasmo, nuestras respiración se normalizan -Señor- insiste la secretaria. JuanPa pone los ojos en blanco y grita riendo -Ya le devuelvo la llamada Doris, estoy solucionando un inconveniente con Dessire-.

-Esto era un inconveniente- lo interrogo con una ceja alzada, mientras todavía sigo sentada sobre su miembro.

-Sí y espero que sigan solventándose de esta manera- responde besando mis labios.

Rompí mi regla de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora