Capítulo 26

439 35 14
                                    

La noche se tuerce de forma completamente inesperada unas horas más tarde. Me quedo con Beth y mi padre prácticamente todo el rato e ignoro por completo a Susan cuando llega junto a mi madre y Sarah.

Me siento muy bien integrado en el grupo; papá incluso llega a bromear conmigo un par de veces. Me presenta orgulloso a algunos clientes y en cierto momento de la noche nos topamos con William, el propietario de la editorial en la que voy a trabajar proximamente.

Papá está eufórico cuando le dice que he aceptado el trabajo. William también parece complacido, y se ofrece a contarme un poco cuáles serán mis tareas. Mi padre escucha tan atentamente como yo, pero se va cuando uno de sus colegas reclama su atención.

-Bien, ahora que se ha ido tu padre -dice William cuando le ve alejarse-. ¿Por que has aceptado el trabajo? Solo te faltó mandarnos a la mierda cuando te fuiste.

Bromea, obviamente, pero tampoco va tan mal encaminado. Me faltó gritar "aquí os quedáis, pringados" al salir el último día del editorial. Lo hubiera hecho si hubiera sido un poco más niñato, algo que no negaré que fuera. Simemente quería alejarme de allí y de todo lo que me diera mi padre.

- ¿La verdad? - suspiro-. Quiero ser escritor.

Es la primera vez que lo digo en voz alta desde que empecé a pensar en ello, y suena mejor de lo creía. Además, tiene mucho sentido decírselo al que va a ser mi jefe.

-Entiendo -asiente sin estar del todo complacido, pero tampoco parece molesto por ello-. Tiene sentido, nunca esta de más tener contactos en una editorial.

Niego con la cabeza. Creo que no me he explicado del todo bien.

-No es sólo eso -le corrijo-. Digo, que es bueno tener contactos y eso, pero quiero aprender bien todo este mundo. Saber como funciona una editorial, que buscan en un manuscrito. Lo que está bien, lo que está mal, porque unos se venden y otros son tirados a la basura. Como corregir y obtener historias con sentido, ya sabes - doy un sorbo al gintònic que me ha conseguido Beth-. Además, se que es difícil llegar a vivir de ello, así que, si nunca llego a conseguirlo, prefiero hacerlo dedicandome descubrir y ayudar a construir buenas historias.

William me mira sorprendido por mis palabras, antes de darme un par de amistosos golpes en la espalda.

-Veo que realmente has estado pensando en ello -asiento, prácticamente es todo en lo que he pensado en las últimas semanas-. Me alegro por ello. Y Nick, -da un sorbo a su copa y me señala al pecho-. Cuando tengas tu primer manuscrito, me encantaría hecharle un vistazo.

Asiento yo también contento. Nunca he sido mucho de pensar en mi futuro, en parte era una de las cosas que mas nerviosa ponia a Susan, però me alegro de empezar a ver como se encamina mi vida hacia algo que me complace. Un trabajo en algo que no me desagrada y una promesa que ayudará a labrarme un futuro como escritor. ¿En qué momento algo así ha llegado a hacerme sentir tan bien?

A lo lejos veo a Beth charlar con Amanda y algunos de los socios de papá. Su mirada se cura con la mía y parece ver algo en mí, porque hace un discreto baile de júbilo que soy el único que puede ver. Me guiña el ojo y levanta el pulgar, a lo que yo solo puedo reír y contestarle con el mismo gesto.

Es justo en este momento cuando la cosa se tuerce. Un gran estruendo hace que yo y los invitados más cercanos a la salida nos giremos para ver como una desconsolada Susan sale del baño y se dirige corriendo hacia fuera del edificio.

Me disculpo con William y no dudo en ir tras ella rápidamente. La alcanzo cuando esta casi saliendo del edificio. Le tomo del brazo para pararle, justo como antes.

No es tan perraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora