No es tan perra

Capítulo 29

Por sorpresa de todos, Beth no reacciona mal. En el momento en que la nueva chica cruza la puerta todos nos giramos hacia mi vecina, esperando cualquier reacción. Aún no entiendo muy bien que relación han compartido Beth y Eddie, pero la conozco, y sé que ver algo así no le hará demasiada gracia.

Para sorpresa de todos, mi vecina simplemente sonríe y rompe el tenso silencio que se ha instaurado en la sala pidiéndole a Eddie quien es la nueva chica.

-Eh... Chicos, esta es Cheryl -contesta claramente incómodo por la situación-. Mi novia.

Se vuelva a hacer el silencio. Todos esperamos a que Beth reaccione de algún modo. Que suelte su lengua viperina o monte una escena ya que, bueno, es Beth. Aún así, se límita a sonreír de nuevo y se levanta para presentarse.

-Encantada -dice tan cálidamente que nos sorprende a todos-. Me suenas de algo, ¿te he visto por la facultad?

Ella asiente con timidez.

-Eh... Sí -contesta algo cohibida-. Estoy en telecomunicaciones, puede que hayamos tenido alguna classe juntas.

Beth asiente. El ambiente se destensa un poco, y el resti aprovechan para presentarse. En algún momento saludo a Eddie y le cuento que me uno a sus vacaciones. El me golpea en el hombro y dice que será divertido ser aún más chicos.

El resto de la noche va bien. Hablamos del viaje, pero no demasiado seriamente. Mis vecinas tenían razón, no era más que una excusa para montar una fiesta. En cierto momento de la noche sacan el alcohol fuerte y cualquier intento de organizarse para california queda reducido a nada. Penelope incluso pone un poco de música y anima a Beth a bailar con ella, que se muestra bastante reacia.

No tengo demasiadas oportunidades de pasar tiempo con ella porque desaparece y reaparece constantemente. Al cabo de poco me harto de buscarla y simplemente disfruto de la compañía del resto de invitados. Eddie parece muy ocupado con Cheryl, no se separa de ella y le toma la mano en todo momento, pero tanto Max como Olly se quedan prácticamente toda la noche junto a mi.

Max ya me caía bien de por si. He pasado bastantes noches con él y las chicas, y es simpático por naturaleza, pero con Olly estoy descubriendo todo un nuevo mundo. Al principio parece tímido, pero si se suelta es divertidisimo. Hace unos chistes de mierda que por algún motivo me parecen hilarantes y las pocas veces que Beth se acerca a nosotros sabe chincharla mejor que nadie.

-Dios, soy imbècil -digo en cierto punto de la noche cuando caigo en que estoy rodeado de ingenieros- ¿Me podríais ayudar con una integral?

Ambos chicos me miran sorprendidos. Les cuento la historia de la imbècil de Beth y como me retó a algo que, obviamente, no sabia hacer. Ha pasado demasiado tiempo ya como para que pueda tirarle algo en cara, pero al menos mantendré mi orgullo intacto. Max y Olly parecen encantados con la idea de cerrarle la boca a mi vecina y acceden a acompañarme a mi piso a por la hoja que me dió Beth hace ya unos meses.

Les dejo en el salón mientras voy a mi habitación a buscarla. No he vuelto a intentarlo más ya que, obviamente, no se hacerlo, de modo que guardé la hoja dentro de mi ejemplar de "Cien años de soledad".

Cuando vuelvo, los chicos están observando alucinados mi salón.

-Tío, tu apartamento es mucho más grande que el de Amanda -dice Max-. ¿Vives aquí solo?

Asiento.

-Lo alquilé con mi ex -explico tendiendo encima de la mesa el hoja con la integral-. Pero desde que se fué vivo solo.

Max hace una mueca.

-Estoy loco por Amanda, pero ni de broma me iría a vivir con ella ahora mismo -comenta acercándose.