siete.

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No había palabras para que Michael describiera como se sentía al estar tan cerca de Luke Hemmings.

Sus respiraciones se mezclaban, sus corazones latían rápido y sus miradas transmitían demasiado. Era un conjunto de demasiadas emociones, que solo lograban confundirlo. Pero, de igual forma se dejó llevar.

Dejaría que Luke hiciera lo quisiera con él. Ahora mismo nada le importaba.

Para su suerte, el rubio no perdió ni un segundo más y junto sus labios finalmente con los suyos. Ambos labios se movían casi en perfecta sincronía, hambrientos y con ganas de más, prácticamente era como si estuvieran dejando salir las ganas que habían estado conteniendo el uno del otro.

Las manos de Luke resbalaron a su trasero, metiéndose dentro de su bolsillo, provocando un jadeo salir de sus labios. Michael estaba seguro de que si no estuviera lo suficientemente ebrio no hubiera dejado que eso pasara, pero, ahora mismo, lo estaba y no tenía tiempo de pensar en quien estaba siendo el que dominaba la situación. Por ahora.

Sus manos se enredaron entre los mechones dorados de Luke, con la intensión de juntar mas sus bocas (si es que aquello era posible), intentando recuperar el control que este había tomado sin darse cuenta. Al parecer un simple beso también podía convertirse en una lucha de poder entre ellos.

La lengua de Michael lamió el labio inferior del rubio, pidiendo permiso para entrar. Para su suerte Luke acepto, dándole acceso a su lengua, para poder empezar una pequeña guerra contra la suya logrando sacarle un jadeo en voz baja, lo cual no pudo evitar que una sonrisa arrogante de satisfacción se formara en su rostro. Pero, claro, Luke no se quedó atrás, apretando su trasero y haciendo que un ronco gemido saliera de lo mas profundo de sí. El pequeño salto que dio hizo que sus miembros rozaran sobre la tela de los pantalones, haciendo que aquel beso que empezó con simple curiosidad acabara en una pelea.

Michael solo intento seguir concentrado en los labios de Luke que sabían a cigarrillos de menta y al alcohol que ambos habían estado consumiendo hace unos minutos. Sus dientes agarraron el labio inferior, dándole una pequeña mordida, lo suficientemente fuerte como para que el rubio soltara un gemido, que solo logro que este volviera apretar su trasero.

A los pocos segundos ambos terminaron separándose lentamente, dejando un hilo de saliva entre sus labios, para después pasar a mirarse a los ojos. Las pupilas de Luke estaban dilatadas y su respiración era irregular, posiblemente encontrándose igual que él.

—Mierda —fue lo primero en salir de los labios de Luke, aun manteniendo sus manos el trasero del teñido, haciendo que este frunciera el ceño.

—Quita tus manos de ahí, Hemmings —reclamo Michael, apartando el mismo las manos de Luke al ver que este no tenia ni la más mínima intención de hacerlo.

—No te quejabas de eso cuando gemías en boca como un maldito gato, Clifford —contradijo el rubio, para pasar descansar su cabeza en el la del chico encima suyo.

—¿Por qué mierda un gato? —pregunto confundido acompañado de un bufido, sintiéndose en parte indignado con la comparación, pasando a poner su mano sobre la cabeza del rubio —. ¿Siempre te pones así de pegajoso cuando te besan?

—También te pareces a uno. Ahora que lo pienso sería un buen apodo. Gatito —comento Luke, recibiendo otro bufido de parte del teñido —. Y no, solo que, mierda, estoy demasiado ebrio.

Michael rio, para después bajar la mirada, encontrándose con los ojos del rubio mirando directamente a su erección con una mirada lujuriosa. Estaba seguro de que aquello no acabaría con un simple beso.

—¿Qué planeas, Hemmings?

Luke no respondió y llevo su mano al cierre de los pantalones, bajando este rápidamente, mientras Michael mordía su labio interior ansioso por lo que fuera que pasara a continuación.

Monsters Among Man||muke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora