Monsters Among Man||muke

veintisiete.

Los ojos azules de Luke se encontraban admirando el anillo plateado que traía entre sus dedos mientras lo movía en círculos.

Lo había comprado la ultima vez que estuvo con Michael y pensó dárselo aquel día que lo vio con su prima, pero sus inseguridades y miedos lo hicieron cambiar de opinión. Ciertamente se arrepentía un poco de haber desperdiciado el tiempo, pero ahora mismo prefería dejar de pensar en el pasado. Lo que importaba era que ya estaba junto a Michael.

Su mirada se fue hacia la del chico de cabello negro quien seguía buscando entre los cajones de sus armarios algo apurado. Hace media hora este le había pedido hacer una parada rápida en su casa ya que aseguraba haberse olvidado algo en la mudanza, sin mencionar que era. Ahora, Luke estaba sentado en la cama de Michael esperando a que la búsqueda terminara.

—¿Lo encontraste, cariño? —pregunto algo aburrido para pasar a echarse por completo en la cómoda cama.

—Se que tiene que estar en algún lugar por aquí —hablo Michael, mas para si mismo que para el rubio mientras seguía rebuscando entre cajones —. ¡Aquí esta!

Luke se incorporo en el momento que el teñido exclamo aquello, primero fijándose en la sonrisa que este tenía en el rostro al haber logrado su meta y luego en el pequeño objeto que este levantaba entre los aires con su brazo extendido hacia arriba como si sostuviera un trofeo.

—¿Un león de peluche? —pregunto divertido Luke, sin creer que aquel peluche había sido el causante de su aburrimiento.

—¡Hey, no le digas así a Daniel! —exclamo el teñido, fingiendo estar ofendido con el comentario mientras se ponía de pie para sentarse al lado del menor y pegar el peluche a su pecho como si se tratara de un bebe —. Me lo regalo mi mamá en mi cumpleaños número 8.

—Cada día me sorprendes mas —comento Luke y dejo un beso en la mejilla del chico —. Hace unos meses si alguien me hubiera dicho que Michael Clifford, el chico mas "rudo" del colegio, tenía un león de peluche al cual llamaba Daniel no me lo hubiera creído.

—No le hagas caso Daniel, solo siente celos —le hablo Michael al peluche para despues pasar a dejarlo en su vacío escritorio —. Oye, quiero agradecerte por la cena.

—No tienes nada que agradecer-...

Antes que aquella oración pudiera ser terminada Michael ya se había arrodillado en frente suyo y comenzado a abrir el broche de sus pantalones. Era obvio que no esperaba eso.

Rápidamente, el teñido se encargó de bajar el pantalón hasta sus rodillas junto con su ropa interior, dejando su miembro a la vista. Las manos del chico se envolvieron alrededor de este para comenzar a subirla y bajarla lentamente comenzado a excitarlo.

Un jadeo salió de sus labios al empezar a sentir como su miembro se iba levantando mientras la mano de Michael iba cada vez más rápida. Una vez estuvo completamente erecto el mayor paso descaradamente su lengua por todo el largo, haciendo que echara su cabeza hacia atrás al empezar a sentir el placer que le provocaba la humedad de esta.

—M-Mierda, Michael —gruño, intentando contener sus gemidos o las ganas que tenia de correrse.

Al volver a llevar su mirada hacia abajo encontró al chico sonriendo coquetamente para que después se metiera por completo su miembro a su boca y comenzara a succionarlo, ahuecando sus mejillas y cerrando los ojos, como si de verdad lo estuviera disfrutando.

La cabeza de Michael subía y bajaba, mientras su lengua se encargaba de lubricar por completo su miembro y las manos de Luke se enredaban entre la mata de cabellos negros. Cuando pudo sentir que su orgasmo se acercaba el mayor saco su miembro de su boca y le dio una ultima lamida a la punta para alejarse.