extra cinco.

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Michael estaba tarde.

Literalmente, se encontraba corriendo por su vida en estos momentos porque sabía que Luke lo mataría si llegaba un minuto mas de la hora que habían quedado encontrarse.

Era imposible que corriera mas rápido, especialmente que pudiera llegar en menos de dos minutos hasta los dos próximos bloques, donde posiblemente se encontraba el rubio con una expresión molesta. Sabia que debió usar aquel reloj digital que le había regalado a Luke por su cumpleaños o, aunque sea enviar un mensaje antes de salir para que este no lo estuviera esperando demasiado tiempo.

Pasaron mucho mas de dos minutos cuando por fin llego al edificio, obteniendo como resultado algo parecido a un ataque cardíaco y que su camisa estuviera con algo de sudor, pero de igual manera lo logro. Lo único que tenia que hacer ahora era buscar al rubio, ya que era obvio que este se había cansado de esperarlo en la entrada.

—¿Tarjeta? —pregunto la mujer en la entra en el momento que estuvo a punto de pasar, siendo deteniendo por uno de los hombres de seguridad.

—Oh, creo que la olvide, pero mi nombre esta en la lista —se apresuro a decir, rogando internamente que la mujer lo reconociera.

Su nombre y su cara estaban en casi todas las redes sociales, periódicos y televisores. No quería sonar presumido, pero ¿Por qué no lo dejaba pasar de una maldita vez? ¿Qué no se daba cuenta que adentro había alguien dispuesto a matarlo si llegaba más tarde?

La pelinegra blanqueo los ojos, teniendo que tomarse un momento para buscar la lista de invitados debajo de la pequeña mesa en la que estaba sentada mientras que Michael movía impaciente su pie izquierdo y rogaba que dentro hubiera enchufes para poder cargar su celular.

—¿Nombre y apellido? —hablo la mujer algo fastidiada por tener que revisar la larga lista.

—Michael Clifford.

—Aquí dice que un Clifford acaba de entrar —dijo esta, mirándolo a los ojos, esperando alguna lógica explicación.

—Es mi esposo, Luke, el cual esta adentro posiblemente pensando en como divorciarse de mi si llego un minuto más tarde, así que por favor ¿Puede dejarme pasar? —prácticamente rogó el teñido, por suerte dando resultado ya que la chica le hizo una seña al guardia de seguridad para que lo dejara pasar.

Michael rápidamente bajo por las escales al salón de recepciones, sabiendo que se demoraría mucho mas si tomaba el ascensor. Al llegar pudo notar que la mayoría de los invitados ya se encontraban en sus respectivas mesas, esperando en el momento para que todo iniciara.

Paso por el pasillo, sintiéndose bien al sentir la mirada de algunos presentas sobre él, pero que podía decir, siempre amo la atención, especialmente ahora que un músico reconocido.

Sus ojos verdes fueron a parar en una de las primeras mesas, encontrando al rubio, sentando en esta y mirando su celular, posiblemente llenándolo de mensajes que no leería ya que su batería estaba muerta. Toco el hombro del chico al llegar a la mesa, tomándolo algo por sorpresa primero, pero luego recibiendo una mirada molesta de su parte.

Algo incomodo, tomo asiento al lado de Luke, siendo completamente ignorado por este ya que seguía concentrado en el aparto entre sus manos mas que en su cansado esposo que había hecho milagros para intentar llegar a tiempo.

—Te dije que te podía dejar el carro —murmuro el rubio, sin despegar la mirada de su celular. Michael mordió su labio inferior y paso saliva, sabía que le debía una disculpa.

Últimamente sus horarios eran un desastre, desde hace una semana no había tenido tiempo de acomodarlos. Él casi nunca se encargaba de eso, en su gira solía tener una asistente, pero ahora que estaba de regreso tenia que encargarse de hacer todo eso por su cuenta y se negaba a recibir ayuda del rubio ya que aseguraba poder hacerlo solo.

Monsters Among Man||muke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora