Monsters Among Man||muke

diecinueve.

Claramente estaba desesperado por volver a juntar sus labios con los de Michael.

No podía pensar bien en este momento, sus ojos solamente estaban enfocados en los rojos labios frente a él, aun así en el fondo supiera que el chico de cabello azul tenia razón. No sabia que pasaría después de esto y ciertamente no le importaba demasiado.

¿Por qué no solo arriesgarse? ¿Acaso tenia que ser un monstruo para siempre?

Finalmente, unió sus labios con los de Michael, volviendo a probar el adictivo sabor de los cigarrillos de fresa, que el mayor solía fumar cuando iba a sus entrenamientos. Estaba seguro de que probar aquellos labios era como tocar el cielo, por eso se aseguraba de morderlos desesperadamente como si fuera a ser la ultima vez. Porque, así creía que se debería besar a alguien con unos labios tan adictivos, como si fuera la última vez.

Las manos de Michael con sumo cuidado se posaron sobre sus caderas, empezando a moverlas lentamente en busca de fricción para su erección, la cual Luke pudo sentir claramente en su trasero, provocando que bajos jadeos salieran de sus labios.

—T-Te necesito, Mike —rogó el rubio, tomándose un momento para separarse de los labios del mayor con las mejillas sonrojadas.

—¿Estas seguro, Luke? —pregunto Michael, juntando ambas frentes, rozando sus narices —. Tienes golpes en las costillas.

—Me importa una mierda —respondió rápidamente y dejo un corto beso en los labios del teñido —. Sé que serás cuidadoso.

—Luke-...

Aquella advertencia no pudo ser completada gracias a que los labios de Luke comenzaron a dejar besos detrás de la oreja del teñido para pasar a jugar con el pallar de esta, sabiendo que aquello le encantaba. Sus besos bajaron lentamente hacia el cuello, su lugar favorito para dejar aquellas bonitas y moradas marcas en la pálida piel. Sus dientes agarraban la piel como de costumbre, dando un poco de succión a la zona mientras los bajos gemidos de Michael sonaban de fondo.

—M-Mierda, está bien —cedió el chico, alejando al rubio un momento —. Pero, que quede claro —continuo, empujando a Luke sin rudeza sobre la cama y subiendo sobre él —. Yo tendré el control esta vez.

Luke asintió, soltando un jadeo de emoción por todo lo que estaba pasando.

Las manos de Michael pasaban tentativamente por su pecho hasta llegar al borde de la camiseta para poder agarrar los extremos y retirarla de su cuerpo, dejándolo más despeinado que antes. A continuación, unos labios empezaron a dejar delicados besos por todo su abdomen, omitiendo las partes vendadas, hasta llegar a sus clavículas, donde fueron reemplazos por dientes que se encargaron de marcarlo y sacarle más jadeos.

Los dientes le daban una perfecta cantidad de dolor y placer al mismo tiempo, dejando marcas que posiblemente quedarían ahí por un tiempo. La húmeda lengua de Michael paso por las zonas afectadas y siguió su camino hasta su pezón derecho para después ser reemplazada por unos labios que hicieron succión en estos. La misma acción se repitió en el izquierdo y para ese momento él ya era un desastre en gemidos.

—Q-Quítate tu-...

—Tranquilo, ángel —dijo el teñido, pero de igual manera se encargo de quitarse la polera negra que traía puesta.

Inconscientemente, Luke levanto su mano y paso las yemas de sus dedos por los notorios moretones que continuaban en la pálida piel de Michael, recordando la ultimas vez que estuvieron juntos. Por más que quisiera jamás podría olvidarse de ese día.

—P-Por favor —jadeo, sin saber que mas decir por lo necesitado que se encontraba.

—Si pudieras ver lo caliente que te ves ahora mismo, Luke. Con marcas mías en todo tu pecho y el cabello despeinado, pidiéndome que continúe —hablo el teñido, ganándose un gemido de parte suyo —. ¿Te gusta que te hable mientras hacemos esto?