veintidos.

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—¿Estas enamorado?

—Creo que no, solo me gusta demasiado. Jamás me había gustado alguien tanto —contesto el chico y sonrió —. Creo que tú sabes a lo que me refiero.

Michael solo asintió y dejo salir el humo que había estado reteniendo en sus pulmones.

Ya era viernes y creía estar seguro de haber superado a Luke Hemmings por completo. Tal vez lo mejor que pudo hacer el rubio fue volver a abrirle los ojos y hacerlo darse cuenta de lo que ya sabía. Ambos eran malos el uno para el otro.

Bueno eso era lo que se decía a si mismo antes de iniciar su día.

Oh, era demasiado obvio que extrañaba a aquel chico de ojos azules, pero aquello no lo admitiría ni en su propia cabeza. Lastima que no pensó que lo demostraba claramente buscando a algún chico para olvidarlo o las pesadillas que solía tener reviviendo el momento en el que Luke lo dejo o las veces que golpeaba la pared de su habitación una y otra vez.

Sin Luke solo creía estar más roto que antes, cosa que sus demonios aprovechaban.

Lo mejor que pudo pensar en hacer el día anterior para distraerse fue ir a casa de Calum y escucharlo hablar de cita con Ashton mientras rodaba los ojos cada vez que mencionaba lo perfecto que este era. Lástima que aquella distracción duro poco y todo acabo en el momento que el moreno empezó a preguntar por la persona con la cual había estado saliendo, mas conocido como el causante de las marcas de su cuello.

Michael no pudo seguir ocultando mas tiempo el secreto a su mejor amigo y termino contándole cada pequeño detalle de lo que había pasado con el rubio de ojos azules y aguanto las lágrimas en ese momento hasta llegar a su casa (nunca le gusto que lo vieran llorar). Calum solo lo abrazo, diciéndole que todo iría bien y muy pronto volvería a ser la vieja persona sin sentimientos hacia nadie. Tal vez no pensó que Michael ya no quería eso.

Tal vez él ya había encontrado algo a lo que podía llamar amor verdadero como en los libros, pero decidió dejar de luchar por este, mintiéndose a si mismo y diciendo que era lo mejor.

—¿No deberíamos estar en clase? —pregunto Calum, sacando al teñido de su pequeña burbuja.

—Tengo clase de música con Luke en estos momentos —dijo Michael, haciendo una mueca al pronunciar aquel nombre.

—Oh, no te preocupes, queda poco para que suene la campana. Estaré contigo —lo animo el moreno dedicándole una sonrisa.

—No deberías, nadie debería —murmuro Michael, apartando su vista hasta otro lado y no tener que enfrentar a su amigo.

Para su alivio la campana sonó antes de que Calum pudiera responderle algo.

Sus ojos pasaron a enfocarse en el grupo de chicos que pasaban por el lado de ellos. El equipo de Luke. Estuvo seguro ver por el rabillo del ojo al rubio pasar por su lado, pero al parecer ninguno de los dos se dio cuenta de la presencia del otro, cosa que debía aliviarlo, pero aun así no lo hacía.

Paso a concentrar su atención de nuevo en Calum, quien claramente tenía una expresión preocupada al notar lo que estaba pasando.

—Creo que es mejor que no vayamos, ellos van a entrenar —sugirió el moreno, para su suerte siendo obedecido por Michael.

En el momento que ambos chicos estuvieron a punto de irse Michael sintió a alguien tocar su hombro y rogó internamente que fuera Luke, pidiéndole otra oportunidad, queriendo iniciar de cero, lo que sea. Pero, sus esperanzas acabaron en la basura junto donde ya estaba su corazón al darse la vuelta. 

Solo se trataba del castaño llamado Jake que había besado en los baños.

—¿Qué? —pregunto el teñido fríamente para después soltar de nuevo humo por sus labios y botar el cigarro al piso.

Monsters Among Man||muke Donde viven las historias. Descúbrelo ahora