Capítulo 6

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*Christian en multimedia*

Se quita la toalla y deja al descubierto su perfecto rostro, con los labios entre abiertos deja salir un suspiro y poco a poco abre los ojos.

Ambos nos quedamos paralizados cuando nuestras miradas se cruzan, pero el rompe el momento poniéndose ágilmente de pie y terminando el contacto.

-Buen día bello durmiente - saluda su amigo - Por si te interesa saberlo, le gané a Charlie.

-Te lo dije, ese niño jamás le ganaría a alguien como tú, solo espero que no lo dejaras inconsciente. - responde mientras llega a un locker que está del otro lado de la habitación.

Observo cómo saca de este unas vendas y con movimientos rápidos se las pone en las manos.

El hombre mayor apaga su puro y va hacia el para ayudarle, y entre tanto el otro chico habla con Grace.

-Y bien, cómo pretenden encontrar a su supuesto amigo sin saber su nombre? - cuestiona colocándose en la camilla.

-Bueno, en realidad creo que lo encontramos - responde ella mirándome de reojo.

No respondo a la evidente pregunta, en cambio bajo la mirada y me acerco a mí amiga para susurrarle.

-No quiero hacer esto, me siento extraña y hay demasiadas personas.

-Claro que lo harás, necesitas estar en paz contigo misma - contesta en un tono de voz similar al mío.

Cuando levanto la vista hacia aquel tremendamente guapo chico puedo ver que está dando pequeños brincos y sacudiendo sus brazos, imagino que está haciendo calentamiento.

Él me mira y sus ojos no delatan ningún sentimiento, tiene una completa mascara de póker.

Se acerca hacia dónde estamos y nos pasa por un lado sin siquiera hablar, pero su amigo sentado en esa rara camilla le grita.

-Oye, creo que tus amigas te buscan.

-No conozco a ninguna. Tengo que irme, es mi turno. - y sin más sale del complejo seguido del hombre calvo.

No podía dar crédito a lo que dijo, pero creo que después de todo me lo merezco, y si para él eso no fue nada, pues mejor aún para mí.

-Vamos Grace. - digo con una rabia evidente y tomándola de la mano me encamino a la puerta.

-Oye linda, no sé que acaba de pasar, pero por qué no se quedan a ver la pelea? Quiero decir - continua el chico poniéndose de pie y llegando a nosotras - Ya están aquí, pasemos un rato de diversión.

Ambas lo miramos de arriba a abajo pero en realidad no puedo detectar ni un poco de malas intenciones.

-No me miren como a un criminal, sólo las estoy invitando, no las voy a secuestrar ni nada por el estilo - rectifica subiendo las manos en gesto de inocencia.

-Creo que no estaría mal ver cómo le parten la cara a ese patán - dice Grace junto a mi oído.

Sonrío de lado y respondo.

-Está bien, al fin y al cabo ya estamos aquí.

El chico sonríe y nos tiende la mano para presentarse

-Tal vez ya escucharon mi nombre antes, pero de igual manera, Christian, un placer.

La estrecho diciendo
-Emma.

-Grace - me imita mi amiga con un apretón un poco más prolongado de lo normal.

Ambos separan rápidamente la mano y Christian nos dice.

-Eh... bien, vamos a ver la pelea.

Y nos conduce de regreso por la puerta de acceso al complejo.

Salimos y el calor humano nos inunda una vez más, pero no vamos hacia el centro del lugar, en cambio vamos a unas escaleras que nos conducen a un piso superior que no había notado antes, al llegar al pie de las escaleras otro de seguridad está custodiando el acceso pero en cuanto ve a nuestro guía nos deja pasar sin decir una palabra.

Al subir los angostos escalones llegamos a una sala con una vista perfecta del ring decorada con unos sillones un poco gastados y varios hombres sentados en ellos muy concentrados en la acción que se lleva a cabo debajo.

-Por aquí chicas - nos indica Christian y nos hace pasar a la orilla del lugar para sentarnos en unos pequeños sillones individuales.

Los tres tomamos asiento y observamos como ambos competidores están de pie en las esquinas opuestas del lugar, mirándose comienzan a caminar y se posicionan uno frente al otro, chocan los puños cubiertos por unos guantes y se escucha una campana.

Ambos retroceden un poco pero rápidamente uno de ellos comienza a soltar golpes y para mí mala suerte él chico que había estado evitando durante días los esquiva ágilmente.

Fácilmente reconozco al tipo que me acaba de mandar a la mierda, pues el otro no lleva ni un solo tatuaje en el cuerpo.

Mientras el otro competidor lanza a diestra y siniestra él aprovecha y le mete un buen golpe en el estómago, haciendo que pierda el equilibrio y de tumbos hacia atrás.

La gente enloquece y comienzan a gritar un nombre que me es imperceptible.

-¿Qué es lo que le gritan? - pregunta Grace acercándose a Christian.

-Demonio - contesta sonriente.

Ella me mira con los ojos muy abiertos y continúa hablando con el chico.

-Eso quiere decir que él no recibirá una paliza, cierto?

-Empiezo a creer que realmente no son amigos - dice él soltando una risita.

Centro mi atención de vuelta a los gritos de abajo.

Cuando observo de nuevo a los competidores están tomándose uno al otro por la cintura, un puño golpeando por doquier y el otro reteniendo al rival.

Se escucha la campana nuevamente y ambos se sueltan para ir a sus respectivas esquinas.

No había notado que ninguno lleva protección alguna, sólo los guantes que "amortiguan" los golpes al otro.

Mientras alguien habla por las bocinas para animar a la gente, el besador anónimo levanta la mirada hacia nosotros y hacemos contacto visual una vez más.

Esta vez tampoco dura demasiado, pues la campana suena nuevamente y el se abalanza ferozmente contra su contrincante.

Suelta el primer golpe justo en la cara, después en las costillas y se agacha velozmente para esquivar la respuesta, el otro cae al suelo y su cuerpo lánguido se estrella contra la lona, dándole una oportunidad al "demonio" de ponerse sobre él y darle fuertemente en la cara.

Cada golpe que suelta va lleno de ira, no da tregua alguna al pobre inconciente que tiene debajo.

La campana suena por tercera vez haciendo que aquel loco pare y se ponga de pie.

Después de recomponerse y levantar los puños en son de victoria, el psicótico boxeador me mira directamente a los ojos.

Estoy petrificada, no doy crédito a lo que acabo de presenciar. Jamás había visto a alguien tan salvaje en mi vida.

Me pongo de pie y digo firmemente a mi amiga.

-Vamonos, no quiero estar aquí. - y me encamino a bajar las escaleras.

-Espera pelirroja - responde ella corriendo junto a mi. - Qué pasa? - pregunta cuando me alcanza.

-Está loco, no quiero tener nada que ver con él, y al parecer él tampoco. - contesto bajando el último escalón con mi amiga al lado.

Ambas caminamos apresuradamente y esquivando al alborotado público logramos llegar a la salida.

Al poner un pie afuera del complejo experimento un horrible déjà vu.
El aire fresco me da en la espalda, observo que todo parece como aquel día, demasiadas personas en el estacionamiento, una noche con el ambiente raro y sobre todo esa sensación de que algo está mal.

Solo Llámame Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora