Capítulo 29

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-Nos quedaremos aquí todo el día?

Escucho que dice Adam junto a mí.

Sin responderle toma las bolsas de mis manos y entra en su hogar.
Lo sigo mientras mi mente intenta darle explicación a lo que acaba de pasar.

-Parece que tu cabeza va a estallar.

Dice el boxeador poniendo la comida sobre lo que parece una cama individual en una esquina de su "sala de estar", hasta ahora no había puesto detalle en la decoración de su casa
Al pasar la cocina se abre un amplio espacio en el que se encuentra dicha cama que pareciera ser usada seguido, pues está tendida con sábanas limpias.

Frente a la cama está un televisor y un espejo de cuerpo entero, una pequeña mesa comedor se impone en medio del espacio y unas cuantas plantas dan vida al lugar.

-¿No tienes sofá? - pregunto inocente.

-Es éste. - responde sentado en la cama.

Mi cara debió haber hablado por mi, hay ocasiones en las que odio ser tan visualmente expresiva.

-¿Representa algún problema para su majestad comer en ésta humilde choza? - me cuestiona Adam divertido.

-Porsupuesto que no.

Él ríe y comienza a sacar la comida de las bolsas, sus ojos se iluminan al ver la hamburguesa de triple carne y comienza a engullirla junto con la soda con una sonrisa en su rostro.

Me mira encantado y pienso que quiero ver ese rostro todas las mañanas, así que rápidamente saco mi teléfono y tomo una fotografía del momento.

Él posa encantado entre las sábanas con cerezos, en medio de ese juego de ropa de cama me pregunto si ese lugar lo ocupará (u ocuparía alguna vez en el pasado) alguna chica.

Él posa encantado entre las sábanas con cerezos, en medio de ese juego de ropa de cama me pregunto si ese lugar lo ocupará (u ocuparía alguna vez en el pasado) alguna chica

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Me pide ver la fotografía y al mostrársela me mira diciendo.

-Estoy jodidamente bueno.

Pongo los ojos en blanco pero no puedo evitar escapar una sonrisa ante semejante ego.

Me devuelve la sonrisa y se hace a un lado para dejarme espacio en el sofá improvisado, tomo asiento y me pongo a comer la deliciosa comida chatarra.

Pasa un rato en silencio mientras ambos pasamos bocado, pero es entonces cuando decido hablar.

-¿Me contarás de dónde se conocen mi hermano y tu?

Puedo escuchar que la comida resbala por su garganta, se pone visiblemente nervioso y toma un largo trago de gaseosa.

-No creo que sea necesario.

Son las únicas palabras que salen de sus labios, pero no conforme con ésto insisto en que me cuente todo acerca de su amistad.

-A las personas les afecta que les den todo lo que quieran, mírate, eres el perfecto ejemplo de la palabra mimado.

Me mira divertido mientras que yo le hago mala cara, pero por fin suspira y se da por vencido ante mi terquedad.

Solo Llámame Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora