Solo Llámame Adam [COMPLETA]

Capítulo 27

-¿Estás diciendo que ese bastardo de Elliot cree que tiene algún derecho sobre ti? ¿Cómo si fueses un sofá o algo parecido?

Asiento a la par que el motor del auto se apaga, Todd mira hacia la nada visiblemente irritado, conozco esa mirada y no significa nada bueno.

-¿Y cuánto tiempo faltaba Emma? ¿Cuánto tardaría ese cabrón en golpearte como lo hizo Jason con Grace?, ¿A caso pensaste en tu integridad por un segundo?

Pregunta mirándome fijamente, en silencio agacho la cabeza, odio admitir que no lo había pensado, nunca me imaginé que Elliot fuera capaz de algo así, pero mi mente me remonta a un par de días atrás, él mismo se encargó de demostrarme lo poco que le importo. Mi estómago se revuelve de sólo pensar en esa posibilidad.

-Tenemos que hacer algo, ésto no puede continuar. - sentencia mi hermano.

-Puedo encargarme de él, en serio. - digo tomándolo del hombro para tranquilizarlo.

Me mira suplicando en silencio que no le pida mantenerse alejado del asunto, pero no puedo permitir que alguien más saqué la basura por mi, tengo que solucionarlo yo misma.

-Prometo pedirte apoyo si es que lo necesito, de ahora en adelante no más secretos entre tú y yo. - mis palabras hacen que se relaje un poco, pero sé que está de acuerdo cuándo suelta un suspiro y revuelve mi cabello como si fuera una niña pequeña.

-Está bien, pero que sepas que lo estaré vigilando muy de cerca, y apenas te toque uno solo de tus cabellos se las verá con todo el departamento de administración.

Le sonrio y agradezco a todo lo divino por darme a tan buen hermano, quizás la sangre no nos una, pero nuestra fraternidad no está guiada por lo genes, sino por el verdadero amor del uno al otro.

Bajo del auto tranquila, ahora sé que está de más intentar llegar a clase, hace más de 10 minutos que comenzó y ni de chiste me dejarán entrar, camino hasta llegar a los casi desiertos pasillos, mi estómago hace un ruido cuando llega a mi nariz un olor a pancakes desde la cafetería, entonces caigo en cuenta de que no he comido absolutamente nada en casi 24 horas.

Decido darme un pequeño gusto y desayunar ahora y, por qué no, llamar a Adam para saber cómo se encuentra.

Después de una corta fila de 3 personas mi comida es servida en un plato de cerámica, adornado con un trozo de mantequilla y miel, después de todo la universidad privada tiene sus ventajas. Lo único que me detiene de babear aquí mismo es el cocinero que sonriente me pide avanzar, ya que hay más alumnos esperando su comida.

Tomo una taza de café y escojo sentarme en una de las mesas más apartadas de los demás, realmente no quiero que alguien llegue a escuchar mis conversaciones por teléfono, no sé de qué humor esté el bipolar boxeador.

A la par que corto un trozo de mi desayuno la llamada se enlaza y puedo escuchar los característicos tonos de espera antes de que descuelguen el teléfono del otro lado de la línea.

-¿Club streptease de la costa oeste, en qué podemos ayudarle? - contesta la voz que había estado extrañando.

-Creo que es el número equivocado, intentaba llamar a un egocéntrico boxeador para saber su estado físico.

-Está buenísimo. - responde ante mis palabras con un doble sentido.

No puedo evitar que una sonrisita se escape por mis labios, ahora sé que estoy frita, o lo que es peor aún, estoy enamorada.

-¿Qué te gustaría almorzar? - pregunto aún sonriendo, feliz por escucharlo animado.

-A ti.