Capítulo 36

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Pone su mano tras mi cabeza y me sostiene mirándome fijamente a la par que habla.

-No lo repetiré Emma...

En sus ojos no encuentro ningún mensaje oculto, no puedo leer entre líneas porque no hay nada que buscar.
Elliot habla desde la sinceridad, jamás creí verme envuelta en una situación parecida.

Mis cuerdas vocales no están presentes y lo único que me limito a hacer es asentir tanto como su agarre me lo permite.

Guía mi cabeza hacia el pasillo y me suelta una vez que mis pies se alejan por inercia.

Camino intentando escuchar algo que me haga confiar en que todo ésto es una actuación, pero las palabras que pronuncia mi ex novio me recorren la espalda como una corriente de aire helado.

-Ya se acostumbrará.

Recorro el lugar hasta dar con un aroma muy peculiar, las especias inundan mi nariz y hacen que mi estómago se alborote de inmediato. Al seguir aquel olor llegó por fin a una impresionante cocina bien equipada, la cual tiene ventanales que van desde el piso hasta el cielo razo.

Dentro de éste pequeño gran espacio veo una figura envuelta en largas telas que se mueve por el lugar.

Me acerco a ésta con el corazón en la mano, mi mente pide al cielo que sea mi amiga para que este terrible sueño finalice de una vez por todas.

-Grace?...

Digo casi en un susurro.

La delgada figura se tensa de inmediato, deja de lado lo que estaba haciendo y lentamente me mira.

Mientras dirige su mirada a mi puedo reconocer la tez de mi amiga.

Sus ojos se abren y dan paso a las lágrimas, un llanto silencioso que me rompe el alma.

-Emma... - susurra una voz quebradiza y notablemente aliviada.

Me acerco a ella y la tomo entre mis brazos, está temblando y cubriéndose la boca con una mano.

-Grace, vamos a sacarte de aquí.

Mi amiga deja de esconder su cara entre mis brazos y me mira aterrorizada.

-¿Cómo llegaste aquí?

-Te contaré todo en cuanto salgamos de éste lugar.

La tomo de la mano y me pongo a ver nuestro alrededor, intentando buscar una salida viable, pero ella me detiene.

-Jason tiene todas las salidas bloqueadas Emma, llevo dos días buscando alguna manera de salir, pero no la hay, las puertas están bajo llave y las ventanas no se abren.

-Si no podemos salir, tenemos que hacer que ellos nos saquen...

Al parecer mi cerebro el día de hoy si decide acompañarnos, ya que llega a mi una idea tan descabellada como buena.

Mientras explico a mi amiga lo que tengo en mente tomo del lugar todas las herramientas que necesitaremos.

-Emma, si esto no funciona, huye, corre lo más que puedas y haz que Todd te saque de aquí.

-Estás loca si crees que te dejaré aquí Grace. No me iré sin ti.

Nos damos un abrazo y ponemos en marcha el plan para hacerlos ir afuera.

Llenamos el piso, las cortinas e incluso las encimeras con los diversos aceites y productos químicos de limpieza, tenemos especial cuidado en no salpicar las pesadas telas que cubren a mi amiga.

Grace toma una caja de fósforos y me mira dudosa.

-Todo estará bien, descuida.

Intento tranquilizarla aunque dentro de mi el pánico reina en mi mente.

Asiente y enciende un fósforo dejándolo caer al suelo, el fuego se propaga rápidamente y apenas salimos de la cocina las llamas alcanzan las cortinas del lugar, desde el suelo hasta los electrodomésticos, es cuestión de tiempo para que las brasas llenen el lugar.

Salimos gritando como unas posesas pidiendo ayuda a los imbéciles más grandes del mundo, la actuación que hacemos es magistral, digna de un premio de la academia, producto del miedo y la ira acumulados en nuestro ser.

Ellos nos miran genuinamente preocupados y corren al lugar del suceso, maldiciendo y gritando acerca de lo tontas e inútiles que somos.

Elliot es el primero en sugerir que salgamos, por un momento creo ver en el la complicidad, pero nada puede estar más lejos de la realidad, Jason llega hasta el con un arma y se la entrega diciendo.

-Si corren, dispara.

Y se aleja llamando por teléfono y corriendo escaleras arriba, no sin antes mirarnos con el mayor desprecio que es capaz de mostrar.

-Que están esperando? Salgan! - grita Elliot con el arma en mano y abriendo la puerta delante de nosotros.

Hago que Grace salga primero, apenas pone un pie afuera Todd la toma y la pone tras de él, mirándome alternadamente a mí y al fuego que comienza a llegar hacia nosotros lentamente.

Cuando cruzo la puerta mi primer instinto es correr a los brazos de mi hermano, pero alguien me detiene por el brazo y siento un objeto haciendo presión en mi espalda baja.

-Elliot. - habla mi hermano. -No hagas nada estúpido.

-Elliot por favor - suplico intentando mirarlo.

Él está notablemente asustado, su temblorosa mano lo delata y me da la oportunidad de girarme para verlo a los ojos.

El sudor que recorre su frente me hace pensar en mi supervivencia, aquellas horas gastadas viendo criminal minds por fin rinden fruto en una verdadera situación de riesgo.

El cañón apoyado en mi estómago cesa de a poco mientras mi mano recorre la mejilla de mi ex, haciendo que éste me mire a los ojos.

-Tranquilo, todo estará bien, ¿recuerdas la pregunta que me hiciste?

Sus ojos dejan de pasar de mi hermano a mi y se concentra completamente en mis palabras.

-La respuesta es sí, pero tienes que bajar el arma.

A la par que hablo alejo de mi cuerpo la pistola, lentamente y de a poco, después de mi declaración consigo que Elliot la suelte y la deje en mis manos.

-Emma - dice y me besa.

Pero su momento no dura mucho, bajo corriendo las pocas escaleras hasta llegar a mi hermano y le entrego el arma, justo en el momento en el que Jason sale de la casa con laptops, teléfonos y otros aparatos electrónicos.

Las llamas están por todo el lugar, tomo a Grace y corremos hasta el auto de mi hermano, hago que entre y corro al lugar para llevarme a Todd.

Es ahí cuando me doy cuenta de que él tiene consigo otra arma.

Ambos se apuntan y mi llegada no hace otra cosa que distraer a mi hermano, lo suficiente para darle tiempo a Jason de jalar el gatillo.

Puedo ver todo en cámara lenta, corro a empujarlo para evitar que lo lastimen, caemos al suelo y siento que estoy en llamas, un fuego que sale de mi interior me hace pensar que las llamas llegaron a nosotros, pero no puedo escuchar nada, veo el rostro de mi hermano como si estuviese gritando y todo se torna cada vez más obscuro, el sol del desierto azota sobre mí, no puedo resistir más el sueño que me inunda y mis ojos se cierran involuntariamente.

Solo Llámame Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora