Capítulo 4

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Ahí estaba de nuevo, sin camisa y con los músculos más perfectos que jamás había visto, estaba haciendo algún ejercicio raro subiendo y bajando del borde de las jardineras.

Me quedé ahí viéndolo descaradamente, me apenaba un poco mi comportamiento, pero no pude evitarlo, era increíblemente guapo y fuerte, ya, lo dije, me gustaba bastante.

Después de seguirlo un rato con la mirada me doy cuenta que voltea hacia mí y yo giro rápidamente la cabeza con la esperanza de que no me hubiera visto.

Volteo mi mirada discretamente hacia él para descubrir que viene caminando en mi dirección con una sonrisa deslumbrante.
Cuando se acerca lugar suficiente para poder escucharlo pregunta.

-¿Disfrutabas la vista niñita?

Completamente segura de que mis mejillas se tornan rojas le respondo;

-Yo.. bueno... Quién te ha dicho que te miraba a ti?

-Tu misma, hace unos segundos, antes de que imitaras a la niña del exorcista con ese giro de cabeza. - Contesta con una risita.

Maldita sea, no sé ni qué decirle.

-La verdad no te culpo, creo que es difícil no mirarme - continúa hablando - No te juzgaré si admites que me has estado siguiendo desde ayer por la noche.

No cabe duda de lo engreído que es.

-Tal vez si encontrara la deficiencia mental atractiva te tomaría la palabra - le digo sonriendo y disfrutando la mueca que pone tras oír lo que dije.

-Eres demasiado guapa para ser tan mal educada.

-Solo soy así con las personas que me ayudan y después me tratan como una tonta - Digo poniéndome de pie y dando la vuelta para irme de allí.

-No puedes estar hablando en serio - Responde alcanzandome y caminando a mi lado -De verdad te comportas así por lo que te dije?

-No tengo intenciones de discutir contigo. - Le dije mientras aceleraba el paso.

Pero él ni se inmutó y me alcanzó de nuevo con facilidad.

-Escucha niña, si lo que quieres es una disculpa no lo haré, pero si quiero que dejes ir lo que pasó, sólo fue un impulso del momento, estaba enojado.

-Ya, y lo más fácil era desquitarse conmigo no?

-Sólo escúchate, es una tontería, olvídalo - Dice tomándome suavemente de la muñeca para que deje de caminar.

-Sueltame, ni siquiera te conozco. - Pido jalando ligeramente de mi brazo.

Lo miré y la expresión de sus ojos me pareció de lo más intrigante, no estaba segura, pero algo me decía que reflejaba menos de lo que en verdad sentía.
Estábamos ahí de pie, a mitad del parque viéndonos fijamente, igual que hacía unas horas entre los grandes estantes de la biblioteca.

Nos acercamos poco a poco y estuvimos a unos centímetros de distancia.

-No piensas soltarme? - pregunto casi susurrando y sin mover mi vista de la suya ni un segundo.

-Oh si, lo siento, yo sólo... -Responde igual de tranquilo y dejando mi muñeca libre.

Y lo besé.

No entiendo que fue lo que pasó, sólo sabía en mi interior que tenía que hacerlo.

Me siguió el beso con la misma intensidad, no era un beso común, había una sensación de necesidad el uno hacia el otro, era casi palpable la electricidad que se sentía a nuestro al rededor.

Solo Llámame Adam [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora