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Jungkook casi ni oye el timbre de la campana, pero tan pronto como el hombre se abalanza hacia él con la sed de sangre en sus ojos y los tatuajes oscuros en su rostro, su mente queda felizmente en blanco. Ya no piensa, ni en Taehyung o en su dolor, o en cuánto le duele el pecho cada vez que inhala, lo único que su mente le grita es pelear, pelear, pelear.

El primer golpe aterriza atrapando su mandíbula y enviando dolor a través de su cráneo, y él le da la bienvenida. Saluda al zumbido sordo en sus oídos, el toque de sangre contaminando su boca, todo ello como combustible en el fuego, dentro de él. Se tambalea, pero no se cae, escupiendo sangre a los pies del hombre. Su oponente lanza otro golpe y sangre brota de su nariz, tanta que él casi se ahoga con eso. El dolor lo invade y se pregunta si se rompió la nariz. La sensación física de dolor domina sus sentidos y su cabeza suena, pero no es suficiente. Incluso cuando el hombre lo golpea una y otra vez, no es suficiente para ahogar las imágenes de la cara devastada de Taehyung o sus cicatrices, ninguno de los puñetazos golpeó con tanta fuerza como para que todos los pensamientos salieran de su mente, y Jungkook odia al hombre por eso.

Ese odio se apodera de su mente, extendiéndose a través de él como una enfermedad y de repente su cuerpo ya no es suyo. Le pertenece a otra cosa, algo más oscuro y más violento, y se mueve por su propia cuenta, atrapando al hombre con la guardia baja mientras se agacha bajo su siguiente golpe. Se lanza hacia adelante y aterriza su propio puñetazo haciendo que su oponente se tambalee hacia atrás, sosteniendo su propia nariz. Jungkook no espera a que se recupere, en lugar de eso, se tira hacia adelante y le da otro golpe cruel a la pronunciada barriga del hombre y este de dobla, nauseabundo de dolor.

Jungkook ya no tiene el control, solo es un espectador incorpóreo que se sienta hacia atrás y se ve saltar sobre el hombre, y continúa golpeando su rostro. Él está allí, puede ver la sangre y sentir cada vez cuando su puño impacta, la leve pérdida de carne y el crujido de los huesos, pero no puede detenerse, no quiere.

Continúa golpeando al hombre debajo de él porque ya no puede detenerse, incluso si quisiera. Lo golpea hasta que la piel de sus nudillos estalla y la sangre brota. La cara del hombre también está ensangrentada, hinchada de moretones que comienzan a formarse cuando la sangre se acumula como nubes de tormenta enojadas justo debajo de su piel. Todo lo que Jungkook puede oír ahora es su propia respiración entrecortada y el rugido de la multitud sedienta de sangre que lo anima, mientras él conduce la cara del hombre hacia el concreto. Los salvajes, que ya ni siquiera son humanos para él, sus gritos son los aullidos y los bramidos de los animales salvajes.

Él no odia al hombre, en realidad no lo hace. Ni siquiera lo conoce como para odiarlo. Este hombre nunca le hizo nada a Jungkook, aparte de darle un puñetazo unas cuantas veces y otros lo han hecho mucho peor, pero de repente es este hombre, este hombre y sus tatuajes oscuros, es todo lo que Jungkook odia. Se ha transformado ante sus ojos en toda la enfermedad y el dolor que se retuerce constantemente en su estómago, la encarnación del porqué Jungkook no puede dormir por la noche. Este hombre es cada mal que se le ha hecho, cada leve ofensa, cada insulto, cada cosa mala que ha tenido que soportar es por este hombre.

Este hombre es la razón por la que sus padres se odian.

Este hombre es la razón por la cual Jungkook ni siquiera puede llorar, porque el sonido es demasiado alto en su apartamento vacío.

Este hombre es la razón por la que él solo siente algo, cuando un puño está siendo empujado en su cara.

Él es la razón por la que Taehyung lo dejó.

Él es el motivo de esa noche.

La sangre de su nariz se seca en su barbilla, gotea de su labio partido, llenando su boca con cobre amargo, tanto que casi se ahoga en ella. Está bastante seguro de que una herida en el párpado también está sangrando y todo lo que Jungkook puede ver es rojo. Levanta la cabeza del hombre por el pelo solo para que esta vuelva a caer sobre el cemento con un ruido repugnante. Él está esperando ese sonido astillado, de cuando el hueso se encuentra con el hormigón y se rompe. Él va a hacerlo otra vez, pero alguien está a su lado, apareciendo de la nada para detenerlo. Él es retirado con sorprendente fuerza del hombre. Trata de patear y alejarse, pero quienquiera que lo esté sosteniendo es más fuerte, con el agarre en su brazo. A lo lejos escucha la voz de Jimin, que le anuncia ganador y el ruido de la multitud se enfebrece, como animales fuera de control, pero Jungkook apenas se da cuenta. Lo único que es real es el dolor de su nariz rota, la sangre en su lengua y la sensación de que ha perdido algo que no puede recuperar.

BLACK MARKS [TAEKOOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora