BLACK MARKS [TAEKOOK]

26.

Encuentra a Taehyung sentado con las piernas cruzadas en su cama. Se vistió de nuevo con ropa de Jungkook, una de sus camisetas que se ajustaba un poco mejor pero que aún colgaba, exponiendo su clavícula y marcas, y jeans ajustados que eran solo un poco holgados. Está mirando fijamente a su teléfono, y Jungkook siente que los comienzos de sus temores y de su miedo se filtran en su estómago, cuando recuerda todas las veces que pasaban el rato, solo para ser interrumpidos por el estridente timbre del teléfono de Taehyung y sus padres que le pedían que regrese a casa de inmediato.

Él no quiere que Taehyung regrese a esa casa fría.

Y él no quiere que se vaya, no ahora.

—¿Tus padres? —Pregunta, con su voz extrañamente fuerte en la tranquilidad de la habitación y Taehyung mira hacia arriba, aturdido y un poco sorprendido, como si no hubiera registrado que Jungkook también estaba en la habitación. A Jungkook le sorprende lo triste que se ve.

—No, en realidad —murmura Taehyung sacudiendo la cabeza—No hay llamadas perdidas, ni mensajes de texto, nada. Ni siquiera sé si se han dado cuenta de que me he ido.

—Oh, —dice Jungkook elocuentemente. Taehyung parpadea, y sus pestañas están húmedas.

—Aun así, ha pasado casi un día entero, —susurra—no les importa.

—Lo siento, —dice Jungkook, permaneciendo en la puerta sin saber qué más puede decir para ayudar. Es su culpa que Taehyung esté en esta situación, después de todo—No mereces tener gilipollas como esos, como padres y ciertamente, ellos no merecen un hijo como tú.

Taehyung solo suspira y sacude la cabeza.

—No, está bien, entiendo —dice él, bloqueando su teléfono y deslizándolo en su bolsillo—Probablemente estén felices de deshacerse de mí, después de todo, ¿quién quiere un hijo que se vea así?

Taehyung mira fijamente su mano, a los tatuajes negros que cubren su piel, con la tinta oscura como una noche sin estrellas.

—No, Tae —dice Jungkook con vehemencia—No me importa lo que te hayan dicho, porque están equivocados. Cualquier padre tendría suerte de tener un hijo como tú y si no pueden ver eso, esa es su pérdida, no tuya.

Puede sentir que su temperamento aumenta, pero lo fuerza hacia abajo. Él no puede perderlo ahora.

—Les diré la verdad —dice Jungkook y los ojos de Taehyung se abren con sorpresa, pero una vez que lo dice, parece correcto. Ha sido golpeado por la inspiración repentina—Ahora mismo, vamos allá y les explicaré todo. Incluso traeré a mi abuela con nosotros, ella les dirá todo y tendrán que entender que no hiciste nada malo, Tae.

Taehyung lo mira sin decir nada por un momento, con la boca ligeramente abierta. Jungkook recuerda lo que Namjoon le dijo antes, acerca de cómo Taehyung lo mira, y siente que sus oídos se calientan.

—¿Harías eso por mí? —Taehyung susurra.

Jungkook asiente, —Por ti, Tae, yo haría cualquier cosa.

Taehyung se detiene como si lo pensara, pero finalmente suspira, —Está bien, Jungkookie, dudo que te crean de todos modos. Además, no tengo ganas de verlos ahora mismo.

—Está bien, —dice Jungkook—está bien. ¿Qué quieres hacer en su lugar?

Taehyung se encoge de hombros letárgicamente.

—No sé —se frota los ojos cansados—No quiero ir a casa, no puedo enfrentar la escuela en este momento, no sé a dónde quiero ir. Ya no siento que pertenezco a ningún lado.