BLACK MARKS [TAEKOOK]

33.

Jungkook no llamaría a Jimin exactamente su amigo, pero, de nuevo, tampoco es un mero conocido. Tal vez esté en un punto intermedio, no es un amigo, pero hay un océano de historia entre ellos que debe contar para algo. Jimin lo cuidó cuando no tenía a nadie, Jimin vendó sus nudillos sangrantes sin decir una palabra y le prestó un cigarrillo diciéndole que se lo quedaba debiendo, pero nunca se hizo cargo de esa deuda. Quizá eran amigos, incluso cuando Jungkook había alejado a todos los demás, Jimin había estado allí. Una cosa que Jungkook acaba de descubrir tan solo ahora sobre Jimin, es que le gusta hablar mucho. Lo que normalmente estaría bien, ya que él es más del tipo silencioso, pero, una vez más, generalmente cuando pasan el rato así, él está mucho menos sobrio de lo que está ahora.

Si bien la vida de Jimin fuera de su cuadrilátero de combate es en realidad bastante interesante y en gran parte ilegal, Jungkook se da cuenta que su mente aún se distrae pensando en Taehyung, en dónde podría estar y en qué tanto podría tardar tomando algunas bebidas. Se ha dedicado a escanear a la multitud con la esperanza de espiar una cara familiar. Ni siquiera está seguro de si Taehyung tuvo la oportunidad de quitarse la chaqueta antes de que Jin se lo llevara.

—Así que ahí estaba yo, el bastardo tenía su arma apuntada hacia mí y yo digo- ¡Hey, Jungkook! ¿Estás escuchando?

—Oh sí, —Jungkook miente fácilmente, solo medio escuchando—Traficante de drogas, robo, lo habitual.

Jimin suspira con irritación, —¿Qué ve alguien como Taehyung en ti? Qué buen chico es, para estar atrapado con un mocoso como tú, él debe ser un santo.

Jimin solo lo está molestando, pero Jungkook aprieta los dientes cuando las palabras golpean muy cerca de casa. Jimin no sabe ni la mitad de eso, no tiene ni idea de lo ciertas que suenan sus palabras.

—No tengo idea de lo que hice para merecer a Taehyung —dice en voz baja, por lo que no está seguro de que Jimin lo haya escuchado. Él lo mira de reojo, pero afortunadamente, antes de que pueda hacer más preguntas sobre las que Jungkook preferiría no pensar, Jin finalmente regresa con Taehyung detrás de él.

Jungkook se endereza mientras Jin entra en el área VIP y deposita las bebidas que logró llevar a través de la pista de baile, sobre la mesa de cristal.

—Muévete, cariño —le dice a Jimin, quien obedece, permitiéndole sentarse entre ellos. Taehyung lo sigue, colocando dos vasos frente a él antes de hacerse junto a Jungkook. Parece más tranquilo ahora, más relajado y menos como un ciervo asustado.

—¿Estás bien? —pregunta Jungkook de todos modos, y Taehyung parpadea y luego asiente.

—¡Sí! Jin es muy amable, nunca antes había pedido alcohol, así que no sabía qué comprar ni cómo se llamaban las bebidas, así que él se encargó de eso.

—Eso fue agradable por parte de él —murmura Jungkook. Él nota que Taehyung se ve sonrojado y se da cuenta de que, de hecho, todavía lleva puesto su abrigo—¿No estás acalorado? —Él pregunta, luchando contra el extraño impulso de palpar la frente de Taehyung en busca de una fiebre.

—Un poco —admite Taehyung, pero no hace ningún movimiento para quitarse el abrigo. Él mira a Jin y Jimin que están inclinados sospechosamente cerca uno del otro.

La preocupación nada en los ojos de Taehyung, mientras él nerviosamente toma un hilo suelto de su chaqueta, mordiéndose el labio.

—Yo... —su voz es tan suave, que Jungkook apenas puede distinguir lo que está diciendo—No quiero que vean.

Jungkook hace todo lo posible para no inmutarse.

—Tae, —dice tomando la mano de Taehyung en la suya—No tienes que hacerlo si no quieres, pero te prometo que no les importará, honestamente no les importará.