Capítulo 44 (Jughead)

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No habían hecho el amor, aunque habian estado cerca. Después que Betty le besó las heridas, Jughead le dijo que fueran a la cama a descansar, para que pudieran hablar por la mañana.

La vistió, la llevó en brazos como si fuesen recién casados, y la depositó con devoción en la cama. Se puso detrás de ella y la abrazó fuerte.

Comenzó a recitarle "el amenazado" en el odio, para que sepa todo lo que la amaba: [...] el nombre de una mujer me delata, me duele una mujer en todo el cuerpo.

Se había dormido en sus brazos y él se quedó despierto un momento, pensando. Por todos los cielos, ya amaba a Betty antes de esta noche, pero ahora la amaba mucho más. Cada poro de su cuerpo pedía a gritos la piel de su amada. Él sabía que era hermosa, pero lo que había visto hoy, lo ha dejado anonadado y dando gracias al destino, a la vida, a Dios, y a todos los que se le ocurría, por esta deidad que se ha cruzado en su camino.

Él sabía que era virgen, pero ella no se lo había dicho todavía. Si iban a estar juntos, quería que fuera especial, quería decirle que la amaba primero, que la cuidaría hasta darle su último aliento, que estaría siempre con ella.

Si antes dudaba que pudiera dejarla, ahora que había probado su piel, que sintió la textura de su cuerpo juvenil, que la había tocado donde nadie más la tocó, que la había besado hasta quedarse borracho de ella, nunca ya podría alejarse. Sólo serían sus besos, su pasión, su cuerpo, hasta que la muerte los separe.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora