Capítulo 12 (Jughead)

2.1K 198 10
                                    


Sabía que era una gran locura lo que estaba haciendo pero no podía contenerme más. Estaba oscuro, eran más de las 8 de la noche. Pero aun así, me había arreglado como había podido el golpe recibido y después de dejarle la plata a  mamá, salí en busca de Betty. Mamá me había preguntado con preocupación sobre el moratón que tenía en el rostro, pero le resté importancia y le dije que no se preocupara.

Cómo sabía dónde vivía Betty, en un rapto de locura por querer ver aunque sea su rostro desde la distancia, fui hasta allí a pie.

En lo que iba a llegando a su casa, me puse a pensar que era una gran y maldita locura, que era un demente, un idiota, un iluso, que no tenía ningún derecho a nada.

Ya había dado la vuelta cuando escuché a Betty decir: - ¿Jughead eres tu?

Mierda, hasta he extrañado su voz, pensé.

Me di la vuelta: - Si soy yo. Venía a verte pero... No pude seguir hablando. Esta chica me robaba cada aliento que tenía. Iba enfundada en unos Jeans y una camiseta que tenía una corona (no pude dejar de sonreír para mis adentros porque mi gorro era como esa corona), y aún así en su vestimenta más casual estaba hermosa, radiante.

Betty dijo suavemente y un poco a la defensiva: -si querías verme ¿porque te ibas?.

Me acerqué un poco más a ella y el haz de luz del alumbrado eléctrico me iluminó el rostro, sacando de las sombras el golpe que había recibido. Ahora debía estar peor, ya que el moratón de seguro habia tomado un color morado oscuro.

Betty abrió grande sus ojos y llena de preocupación, salvó la distancia que nos separaba y tocó mi rostro diciendo: - ¿qué te ha sucedido? ¿es por eso que no has ido a la escuela estos días?. He estado preocupada- remató retirando la mano pero no la preocupación de su rostro.

Oh Dios mío, no sólo se ha percatado de mi ausencia, sino que también se ha preocupado por mí.

Me acerqué un poco más a ella y le acaricié el rostro. En ese momento, sólo pude susurrar su nombre, mirándola a los ojos - Elizabeth, Oh Elizabeth - como si fuese una oración.

Ella cerró los ojos ante mi tacto y eso terminó de sellar nuestros destinos. No podía contarle lo que había sucedido, pero más tarde me ocuparía de eso, ahora...

- Me dijiste que te preguntara la próxima vez que te diera un beso -dije en su oído - pero tengo miedo que digas que no, así que lo volveré a robar.

Dicho esto, la traje hacia mí y la besé.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora