Capítulo 3 (Betty)

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No por nada me llaman la nueva Nancy Drew. Está decidido. No quiero que me trague la tierra, quiero saber el nombre de mi chico misterioso.

Pasé toda la mañana, entre clases y deberes, y seguía sin encontrarme con Archie, el único que se me ocurría que podría saber su nombre.

Demonios, pensé, a veces veo a Archie hasta en mi sopa,y hoy... nada.

En lo que salía del comedor y me dirigía hacia el campo de fútbol, me choqué con alguien y todos mis cuadernos terminaron desparramados por el suelo.

-Oh, eres tu Archie. Perdóname- dije toda apesumbrada- Como siempre vengo pensando en mis cosas y me pierdo en mis pensamientos; ya me conoces.

- No hay dudas que te conozco- usó su tono seductor, el cual ignoré de manera deliberada. -Yo también venía apurado y no te vi.

-¿A dónde vas con tanta prisa?- pregunté.

-Tengo que llevar a Jughead a dar una vuelta por la escuela y mostrarle cómo son las cosas aquí -puso los ojos en blanco.

- Disculpa, ¿Jug qué? - ¿acaso sería mi chico misterioso? Pensé.

- Jughead. Es un chico nuevo, recien llega de la gran ciudad. El preceptor me dijo que le de la bienvenida y lo ayude y bla bla bla -explicó cansado. -La verdad es que en otro momento lo hubiese hecho encantado- estaba hablando atropelladamente, mientras colocaba los cuadernos caídos en mis manos-, pero entre fútbol y la lucha no tengo un descanso.

Ví en esa situación una gran oportunidad y no se que se apoderó de mí para decir lo siguiente: - si quieres voy yo a mostrarle la escuela amigo - y puse una mano en su antebrazo- no me importaría ir en tu lugar. De esa manera, tu llegas a tiempo a tus entrenamientos - y le sonreí.

Él me regaló una gran sonrisa de vuelta y puso su mano donde yo tenía la mía - eres la mejor Betty. Jughead está esperando en la sala del director, vete que ya estás tarde-y  me sonrió de nuevo, pero esta vez con más picardía y desapareció por el pasillo.

Inmediatamente me sentí mal por haber manipulado a mi amigo, pero todo fuera por este bien mayor. Siempre pensé que Maquiavelo era una persona horrenda por hacer cualquier cosa con tal de lograr su fin último. - No es que ahora seas Maquiavelo- me recriminé.

Entré al baño, me coloqué brillo en los labios, me planché con las manos la falda plisada azulada que me había puesto hoy y por último, me acomodé el cuello de la camisa. Luego me ajusté la coleta y salí en busca de Jughead. Sabiendo como se llamaba no podía dejar de decirlo, Jughead.

Al llegar a la sala del director, lo encontré de espaldas viendo una pared con fotos viejas de todos los que habían pasado por la institución.

Demonios, es hermoso hasta de espaldas, pensé. Estaba vestido igual a como lo ví esta mañana y me tomé un pequeño momento para observarle. Su espalda si bien no era ancha, a través de la chaqueta se podían adivinar los músculos que había debajo. Volví a ver ese gorro tan chistoso que usaba en forma de corona, y decidí que me gustaba. Carraspee y Jughead se dió la vuelta. Primero lo ví sorprenderse y luego éste esbozó una sonrisa que llegó hasta sus ojos como el mar.

Un cosquilleo se inició en mi estómago y se transportó hasta mis piernas. Para evitar pensar en estas sensaciones nuevas extendí la mano y medio atropellada le dije: - Hola soy Betty Cooper, Archie no pudo venir para mostrarte la escuela. Tú debes ser Jughead- continué diciendo mientras le sonreía amistosamente.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora