Capítulo 48 (Betty)

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Habían pasado 15 días desde la golpiza que le dió Jughead a Archie.

El primero ya había ido a disculparse con el segundo, pero todo salió mal porque Archie no aceptó las disculpas, y le juró que se vengaría. A todo esto, Jug le dijo que nunca más se aproxime a mi, o se las vería de nuevo con él, y hasta con la policía.

De esta manera fue que perdí por completo al que consideraba mi mejor amigo. Y gracias al cielo que así fue, porque Archie podría haberme hecho mucho daño.

Mi grupo de amigos quedó reducido a Verónica y a Kevin, a los cuales se les sumó Jug, no como amigo claro, sino como mi novio. Pronto hizo buenas migas con Kevin y a Verónica le parecía tan ardiente, que no tenía problemas en ser su amiga.

Así fue que los 4 comenzamos a hacer distintas actividades juntos después de la escuela. A Kevin y a Jughead les gustaba pescar, y a Verónica y a mi nos gustaba tomar sol, así que armabamos salidas donde nos divertíamos por igual.

Una tarde, éramos sólo Jughead y yo, ya que teníamos trabajo que hacer en el ribete azul. Estábamos preparando la tirada de esa semana, donde sacariamos la nota en la cual estuvimos trabajando todo este tiempo. Se trataba de la otra secundaria del pueblo que había sido cerrada. Lo que dijeron oficialmente, es que ediliciamente la escuela necesitaba refacciones urgentes, ya que corría peligro la vida de los alumnos. Lo que era verdad de esa afirmación es que la vida de los alumnos corría peligro, pero no por lo que decían.

Con Jughead, hemos hecho un trabajo de inteligencia muy minucioso, y descubrimos que se habían reportado casos de cáncer (sólo dos gracias al cielo) y de enfermedades cutáneas en varios alumnos. Lo que nos llevó a seguir investigando más hondo, para descubrir que la escuela había sido construida encima de un depósito de pesticida organoclorado, que había contaminado la superficie, cuando los alumnos que asistían a esa escuela comenzaron ha hacer una huerta orgánica.

-Listo- le dije a Jughead con una sonrisa- el mejor artículo de investigación de este diario está terminado.

Jughead estaba en el otro extremo de la sala preparando todo para la impresión.

-Excelente jefa - me dijo sonriendo a su vez- mandemos esto a imprimir, que quiero salir cuanto antes.

-¿Tienes alguna cosa que hacer amor?- dije interesada.

-Si jefa- respondió él- tengo una sorpresa para mí novia y me muero por dársela.

- En ese caso - respondí emocionada- terminaremos rápido.

Una hora después, estábamos cruzando el jardín delantero de la escuela y nos dirigimos al parque municipal del pueblo. Era uno de los lugares más preciosos del condado. Lo habían construido sobre elevaciones naturales, que si bien no eran muy altas, era suficiente para poder ver la ciudad desde arriba. Además, habían construido preciosas pérgolas, las cuales tenían en su interior distintos tipos de flores plantadas, y en primavera-verano estaban en su máximo esplendor.

Con Jughead íbamos siempre a una, cuya particularidad era que sólo tenía flores blancas, mis favoritas.

Al llegar, nos sentamos, uno al lado del otro, en un banco donde se podía apreciar todo el paisaje que nos regalaba la madre naturaleza el día de hoy.

-Amor, sabes que me gustan las sorpresas, pero soy muy ansiosa y ya quiero saber de qué se trata - le dije realmente emocionada.

Él me miró con sus ojos de mar en calma y me sonrió; y ese pequeño gesto me desarmó por completo. Me hizo olvidar por un momento de la sorpresa, donde estábamos o como me llamaba.

El sol se encontraba besando nuestras caras, haciendo que todo sea más brillante, más íntimo. Toqué su rostro con las yemas de mis dedos, delineando el contorno de sus labios, su mandíbula y su nariz. Ante mi tacto el cerró los ojos, y cuando los abrió el color de su iris había cambiado a un azul más tormentoso. Me resultaba fascinante los cambios que se producían en sus ojos de caleidoscopio, era uno de los rasgos que más amaba de él.

Me miró un momento más, su rostro ya no llevaba una sonrisa, ahora era todo concentración, como si intentase memorizar cada pedazo de mi piel. Me levantó de donde estaba sentada, para ponerme en regazo y me besó, lentamente, saboreando mi boca como si fuese el más exquisito manjar.

Mientras lo hacía, sus manos viajaban por mi espalda, yendo y viniendo en un ritmo cadencioso, haciendo que una onda de placer se extienda por todo mi cuerpo.

¿Era yo o de repente hacía mucho calor?. Me separe de Jug y le dije divertida: - señor Jones, ¿besarme de manera indecente en un lugar público era su sorpresa?.

Dio una carcajada sonora pero después se puso serio y me dijo al oído: - es que me vuelves loco Elizabeth, no se lo que hago cuando estoy cerca tuyo.

A mi me pasaba exactamente lo mismo, era muy difícil tenerlo cerca y no besarlo todo el tiempo.

Le di una sonrisa de compresión, pegando mi frente con la de él y después dije: - sé que estás tratando que me olvide de la sorpresa con tus dedos mágicos, pero no lo vas a lograr. Me sigo acordando.

Me depositó divertido de nuevo a su lado y me dijo que cerrase los ojos. Luego, me pidió que los abriera de nuevo. Delante mío tenía una caja de color roja, alargada y con un gran moño dorado.

-Adelante-me dijo Jughead con una gran sonrisa en su rostro- abrela, ángel.

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