Capítulo 61 (Betty)

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Todavía quedaba algo de luz cuando le dije a Jughead: - Juggy, me gustaría que bajemos por las rocas y ver una cueva por dentro, antes que suba la marea con la luna.

- No creo que sea buena idea, ángel- dijo él- ya casi no hay luz y no sabemos qué puede haber dentro.

-Oh amor, vamos. ¿Por favor?. Siempre quise ver una cueva por dentro.

Él miró su reloj y dijo:- tenemos una hora y media antes que venga Bronco.

- Creo que si lo lograremos amor- le dije poniendo los ojos de cachorro que siempre funcionaban con él.

-Está bien mi ángel- se rió- soy fácil de convencer.

Miró con detenimiento las rocas y dijo: -Vayamos por aquí- y señaló una bajada que parecía que había sido usada por otros antes que nosotros.

Bajamos hasta la playa con cierta dificultad, pero Jughead siempre caballero, me ayudaba si se ponía muy empinado.

Por fin llegamos a la base y caminamos de la mano hasta la cueva. Tuvimos que trepar un trecho para poder entrar en la cueva, ya que la misma tenía un poco de elevación.

- Vamos a mirar un poco ángel y nos vamos- dijo Jughead- la marea está empezando a subir.

Ya casi no se podía ver nada, porque la noche había llegado, pero la luminosidad de la luna era suficiente para ver, al menos de manera superficial, la cueva.

Al llegar grité: - ¡Hola!- y el eco reverberó en la cueva.

-Mira que bonita, tiene estalactitas como las que se ven las películas- le dije a Jughead emocionada.

- Debe ser enorme- comentó Jug- no puedo ver el fondo, pero por el eco quizás sea profunda.

Seguí internandome un poco más, observando las formas de las rocas, su textura y el olor que salía de la cueva.

Giré para mostrarle a Jughead una estalactita impresionantemente grande, cuando ví que estaba de espaldas a mí mirando la luna que nos bañaba con sus suaves rayos.

Parecía tan solitario así... se me hizo un nudo el corazón.

Me dirigí hacia él, le tomé el rostro con ambas manos y le dije: -¿sucede algo?.

- Estaba pensando en mi padre, y en esta oscuridad qie siento dentro mío... no quiero ser como él- me dijo- esta noche preciosa de luna llena me hace acordar a la noche que lo detuvieron, porque era igual de hermosa.

Todo el tiempo que habló, lo miré a los ojos para que pueda leer en los míos la respuesta que estaba buscando.

- No eres tú padre, Jug- le dije- aunque digas que tienes oscuridad dentro tuyo, yo solo veo luz. Veo además a un caballero, a un muchacho que ama a su familia; veo a un hombre fuerte, honrado, estudioso y trabajador.

- Tú eres mi fuente de luz, Elizabeth- dijo Jughead pegando su frente en la mía, y poniendo sus manos en mi nuca.

Yo levanté su rostro para verlo mejor y le dije suavemente: - amo muchas cosas ti, y una de ellas es la capacidad que tienen tus ojos de cambiar de color.

- ¿De qué color los ves ahora?- dijo él tragando con dificultad.

- Oscuros y profundos, como la media noche- le susurré en el odio.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora