Capítulo 22 (Betty)

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Oh mi Buen Dios- pensó Betty.

Cuando despertó Jughead... nunca había sentido tanta felicidad.

Lo besó en los labios, lo abrazó, le agradeció a Dios, todo al mismo tiempo. Le dijo cuán feliz estaba y le pedió de su colaboración para que la ayudase a llevarlo hasta su cama, donde podría dedicarse a curarlo.

Logró ayudarle a que se ponga de pie, y apoyando casi todo su peso en ella, se arrastraron hasta allí.

Una vez en la cama, cerró los ojos y se quedó dormido. Al principio, Betty pensó que se había desmayado, pero luego vió su respiración acompasada y se quedó tranquila.

Se dedicó entonces a curarle todas las heridas. Comenzó por la que más le preocupaba en su brazo, luego seguió por sus muñecas. Oh Dios mío - dijo en voz alta- cuando vio cuán profundas eran las marcas de sus muñecas. ¿Quién habría hecho algo así?.

Rabia pura sintió hacia ese alguien desconocido que había dañado de esta manera a Jughead.

Una vez desinfectadas y vendadas estas heridas, siguió con las de su rostro. Se dió cuenta que sus lágrimas y sus cabellos habían lavado la sangre del mismo. Aun así, lo limpió con mucho amor y paciencia, y puso los correspondientes apósitos.

Por último abrió su camisa para ver qué heridas tenía ahí. Había varias contusiones y uno que otro corte. Los curó a todos con la misma paciencia que puso en las heridas del rostro.

Cortó la camisa, y la despegó con cuidado, ya que estaba toda pegoteada con sangre seca y la tiró a la basura.

Verlo así, con el torso desnudo y todo magullado, le rompió el corazón en mil pedazos.

Lo limpió por completo con toallitas húmedas para que se sintiera menos incómodo cuando despertara, y finalmente lo tapó.

Durante todo el proceso estuvo dormido, y así parecía que iba a seguir por un buen tiempo.

-Pobre mi amor- dijo en voz alta,  mirándolo con cariño y gran preocupación- ¿quién te haría esto a ti ?.

Del living, trajo arrastrando un sillón pequeño para poner al lado de la cama. Ella iba a velar su sueño, nada le pasaría mientras ella estuviera ahí, a su lado.

Antes de sentarse, resolvió tomar una ducha rápida. Estaba llena de sangre seca y suciedad.

Al terminar, se puso un pantalón de pana color bordó para estar cómoda y una camiseta mangas largas color rosa (su favorito). Se ató el cabello mojado en una cola y se sentó a cuidar de su amor.

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