Capítulo 40 (Jughead)

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Era entrada la noche cuando logré llegar a casa. Mi madre debía estar preocupada porque salí ayer y no regresé, hasta este momento.

Aparqué la moto y subí por las escaleras hasta casa. Busqué las llaves en mi mochila e ingresé.

De inmediato sentí el aroma a bizcochuelo que seguramente había hecho mamá. Se me hizo agua la boca, porque desde la hamburguesa que había comido en Bill's, no había probado bocado alguno.

Dejé la mochila en el pequeño recibidor y fuí hacia la cocina, en busca del tan ansiado bizcochuelo.

Cuando entré, ví a mamá realizando unos bordados. Ella era capaz de crear cosas muy hermosas.

Mi madre levantó la vista y me dijo: -mijo, volviste. Acto seguido se levantó y vino a estrecharme fuertemente.

Le dije: - mamá, cuánto cariño. Sólo estuve ausente un par de horas.

Mi madre me instó -luego de ese gran abrazo de oso- a sentarme mientras preparaba café para que comiéramos con el bizcochuelo.

Esperó pacientemente mientras daba cuenta de semejante manjar, para poder hablar conmigo. Una vez que terminé me dijo: -mijo, hoy conocimos a Betty.

Me atraganté con el café y a duras penas pude decir: -¿ella vino hasta aquí?.

-Así es- me dijo mi madre- te estaba buscando. Tenía el semblante triste, me partió el alma de sólo verla. -Se nota que te quiere un montón- continuó mi madre al ver que no atinaba a decir nada- y que está muy apenada por lo que fuera que haya pasado entre ustedes- terminó de decir.

-Tengo que verla- fue todo lo que pude decir.

A lo que mamá me respondió: - Vete ya hijo, no la hagas esperar más.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora