Capítulo 52 (Betty)

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Al aeropuerto habían ido a despedirme mamá, Kevin y Verónica. Esta última, me dijo que había tenido que recurrir a sus armas de seducción y manipulación para evitar que Archie se presentase a desearme buen viaje. Gracias al cielo no lo hizo, porque si no, hubiese sido la tercera guerra mundial.

Kevin me regaló una preciosa cámara polaroid, para que pudiese sacar instantáneas. Él había visto el mural en mi habitación que había realizado con fotos polaroid de todos nosotros, y quiso contribuir a la expansión del mismo.

- Oh Kev- dije muy emocionada- no te hubieses molestado, ¡es muy preciosa y encima es rosa!- agregue gritando.

- No es nada amiga- minimizó Kevin- te mereces lo mejor- y me dió un gran abrazo.

Luego vi que hablaba con Jughead y que a él también le regalaba algo, pero no pude ver bien qué era, pero debe haber sido muy gracioso, porque se rieron con complicidad.

Verónica que estaba hablando con mi mamá, se acercó al ver que Kevin hablaba con Jug y me dió una bolsa enorme con varias cosas dentro. Había dos pareos de colores vivos, un bolso para la playa de color azul y una preciosa capelina blanca.

- Oh no amiga- le dije- esto es un montón, no puedo aceptarlo.

- Claro que puedes y debes amiga- me dijo abrazándome.

Luego me apartó y me dijo: -toma esto también, por si necesitas y no tienes a mano- y me guiñó un ojo.

Se trataba de una caja rosa con flores y cuando quise abrirlo me chilló- ¡aquí no lo abras ! ¿acaso tengo que explicarte todo?- dijo poniendo los ojos en blanco.

No quise seguir preguntando para no quedar como una tonta, así que guarde la cajita en mi bolso de mano para ver después de que se trataba.

Vi que Verónica se acercaba a Jughead para darle un presente, pero no ví de qué se trataba porque se acercó mi madre para despedirme. También tenía un presente para Jughead y otro para mi. A él le había comprado una playera blanca con unos motivos en el pecho de tonos pasteles, y a mí un hermoso vestido blanco de algodón.

- Oh mamá es precioso- dije sinceramente y la abracé- muchas gracias.

- No es nada hija, espero que lo pasen muy bien- dijo finalizando el abrazo- hablé con Christy y es una muy buena mujer- miró hacia adelante porque ahí estaba ella con Jellybeam y Kevin charlando animadamente- Jughead tiene a quien salir- finalizó sonriendo. - Se que te cuidaran y tu también lo harás, me encuentro tranquila en ese sentido.

- Sí mamá así será- le respondí.

- Te quiero hija, saca muchas fotos y trae recuerdos - se rió mientras me acomodaba un mechón de pelo detrás de la oreja- te extrañaré hija, pero me alegra que seas feliz.

Con lágrimas en los ojos me dió un beso en la frente y un abrazo largo.

En lo que terminábamos el abrazo, escuchamos por el altavoz: - los pasajeros del Vuelo 807 de American Airlines con destino a Los Ángeles, favor de dirigirse a la puerta 2 para el embarque.

-Ese es el nuestro mamá- le dije y la abracé de nuevo.

Luego una vez más a Kevin y a Verónica, y me hice a un costado para que Jughead y su familia se despida de los míos.

De fondo se escuchaba el mismo verso: - los pasajeros del Vuelo 807 de American Airlines con destino a Los Ángeles, favor de dirigirse a la puerta 2 para el embarque.

Se quedaron parados los 3 con una gran sonrisa en sus rostros, mientras nosotros caminábamos hacia la puerta de embarque. Primero tuvimos que pasar por el detector de metales, al igual que nuestras cosas, y luego nos dirigimos hacia donde estaba la azafata que nos dijo sonriente- boletos y documentos por favor.

Jughead tomó mi mano y me miró. Era increíble el efecto de sus miradas o sus sonrisas en mi ser. Sus ojos eran claros, como el cielo despejado en la mañana, y me hablaban de promesas de amor.

Le sonreí y le apreté la mano mientras caminábamos por la manga hacia el avión. La misma tenía cristales a los costados por lo que podía ver a mamá y a mis amigos, así que los saludé con la mano.

Christy iba de la mano con Jellybeam por delante de nosotros y le iba explicando todo lo que veíamos. Se notaba que Jellybeam estaba fascinada con los aviones así que le dije: - ¡Mira Jelly que grande es ese avión! Y qué ruido hace- porque las turbinas ya se encontraban encendidas.

Jellybeam me sonrió y luego se tapó los oídos porque el ruido le molestaba. Eso no duró mucho, ya que al poco tiempo después, estábamos sentados en nuestros asientos. Nos tocó uno al lado de otro, Jelly y Jug se sentaron en el medio, y con Christy flanqueábamos la fila.

Pusimos nuestros celulares en modo avión, ajustamos nuestros cinturones y prestamos atención a las maniobras que habría que hacer en caso de accidentes.

Un momento después, el avión comenzó a correr por la carretera, preparándose para despegar. Jughead tomó mi mano para darme apoyo, y así, con la calidez de su tacto y el vértigo creciendo mi estómago, volamos hacia lo que sería el comienzo de algo grande.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora