Capítulo 16 (Jughead)

2.3K 173 14
                                    

Al despertar vi el mensaje de Betty. ¿Cómo es que el cielo se había apiadado de mí y me había enviado un ángel para que me quisiese?. No la merecía, sabía que no lo hacía, no con lo que yo era.

Pero ahí estaba ella, con su inocencia dándome todo el cariño que siempre he anhelado muy dentro mío.

Sonreí sobre la pantalla del móvil y escribí: tú también confiaste en mí y no te voy a defraudar. Me has vuelto a la vida Betty, y eso no se como te lo podré pagar. Luego apreté enviar.

 ¿Desde cuando era tan cursi?. Siempre me he considerado un ávido lector, y como tal había leído varias obras, entre ellas poesías. Pero nunca había sido así, parecía Antonio Machado o Lord Byron, aunque compararme con ellos era casi una herejía. Ella sacaba facetas de mí que no conocía, pero que me gustaban.

No sólo escribiría libros de poesías completos sobre cómo el sol se reflejaba en sus ojos, haría lo que fuera por ella, no importa lo que sea.

Con alegría apenas contenida me levanté y me vestí, para luego hacer el desayuno para mi hermana y mi mamá. Ellas deben haber notado algo diferente y mi madre me preguntó: -Mijo, te veo especialmente feliz esta mañana, ¿a que se debe ?- y me puso esa cara de perrito mojado que solía poner cuando quería que le cuente algo.

- Lo estoy mamá, ya te contaré bien, estoy esperando a ver como sale todo, pero.. conocí a una chica - respondí con una sonrisa.

- Eso me alegra mijo- dijo con sinceridad- ya sabes lo que te he enseñado, no hagas promesas que no puedes cumplir y no hagas llorar nunca a la persona que tienes al lado- me repitió lo que ya me había dicho en otras ocasiones, poniendo una mano en mi mejilla y mirándome con cariño.

- Sí mamá, así lo haré- contesté dándole un beso en la frente.

Me di la vuelta y le pregunté a Jellybeam: -¿ ya terminaste tus huevos? Es hora de ir al centro- y le hice cosquillas en el estómago. Ella rió con ganas y me dijo que sí, que ya estaba lista.

Entonces, la llevé al centro donde estudiaba con otro chicos con discapacidades, le di un beso de despedida y vi con nostalgia como entraba al recinto del brazo de una amiga.

Acto seguido, me dirigí al Instituto. Tuve que ir a hablar con el preceptor por las faltas, y luego con un mapa en la mano fuí a buscar mis clases.

En lo que iba recorriendo el pasillo alguien me agarró con fuerza del hombro y me arrastró hacia un aula vacía. Me había tomado completamente por sorpresa y por eso no pude defenderme como era debido. El extraño me acorraló contra la pared y me dijo con desprecio:- ¿Que mierda crees que estás haciendo palurdo?

Me costó identificar al "atacante " pero logré ver después que se trataba Archie. Sabía que había visto en su mirada algo peligroso anoche.

Lo empujé con fuerza para soltarse, me acomodé la campera y el gorro y dije con un tono muy frío : - No vuelvas a hacer eso nunca más.

- Si te comportas como es debido no pasará nada. Betty es mía ¿has oído? No te acerques a ella ni un paso más- me escupió tocándo mi pecho con el dedo índice, con una mirada fiera en su rostro.

Le saqué la mano rápidamente : - te dije que no me tocaras- conteniendo de la mejor manera mi enojo. Este chico no sabía con quien se había metido, pero no quería tener problemas con Betty. Ella me habia contado que este tarado era su amigo de toda la vida. -Solo te diré que Betty puede elegir con quién estar y con quien no. Así que mientras ella quiera que esté a su lado, lo haré - contesté con toda la calma que pude.  Aunque me hubiese encantado reventarle la cara y sacarle a golpes esa sonrisa sardónica del rostro.

- Muy bien, niño bonito- dijo con desprecio- esto es la guerra. Y salió como una tromba por la puerta.

Me quedé un momento más ahí dentro, pensando que no habia pasado ni una semana en la escuela, y ya me había ganado un enemigo.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora