Capítulo 60 (Betty)

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Me di una ducha rápida para sacarme la arena del cuerpo, y me puse el vestido blanco que me había regalado mamá antes de venir aquí. También, sobre mi cabello suelto me coloqué la capelina que me regaló Verónica, y unas zapatillas bajitas en los pies.

Me puse la loción post solar, y salí de la habitación. Mientras bajaba corriendo miré la hora; justo media hora me había demorado.

Jughead ya me estaba esperando. Estaba de espaldas y aproveche para admirarlo en silencio un momento. Estaba muy guapo, ya su piel había tomado color, y contrastaba con la playera blanca que se había puesto. Llevaba un short corto color azul marino, que mostraba sus piernas fuertes. El gorro de siempre, completaba el atuendo del muchacho de ojos de caleidoscopio  que amaba.

Carraspee y se dio la vuelta. Como me miró sorprendido le pregunté: - ¿esta ropa no es la apropiada?- y mire hacia mi atuendo.

- No es eso- dijo y carraspeo tragando saliva luego- estas muy hermosa, ángel.

- Gracias- me sonroje- tu también estás muy guapo- y le sonreí.

Me tomó de la mano después y salimos hacia donde estaba Bronco.

-¿A dónde iremos amor?- le pregunté aunque ya sabía la respuesta.

- Sabes que es una sorpresa- me sonrió enigmático.

Bronco manejó durante media hora aproximadamente cuando dijo: - llegamos señor.

-Gracias Bronco- le dijo Jughead- te esperamos aquí en 3 horas, ¿puede ser?.

- Así será, señor.

Nos dirigimos caminando un poco hacia el norte y nos detuvimos en un pequeño mirador.

- Esto quería mostrarte ángel- me dijo señalando el paisaje- esto es Matador Beach.

El paisaje que se me presentaba delante, sólo podría haberlo visto en sueños. El oleaje aquí era más tranquilo y el agua totalmente traslúcida. Era todo un terreno escarpado, y se podían divisar una o dos cuevas a la derecha. Las rocas tenían un color ligeramente rojizas y te invitaban a sentarte en ellas y observar la puesta de sol.

Jughead de su mochila sacó una lona para que nos sentáramos e hiciéramos exactamente eso que estaba pensando.

El momento fue mágico, hombro a hombro, con nuestras respiraciones acompasadas y nuestras manos entrelazadas, vimos con asombro cómo el astro rey se escondía en la lontananza.

Vuelta a la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora