doux | pjm+myg

capítulo treinta y uno; aimlessly

12:47a.m.
Saturday

Hoseok se paseó por toda la casa recogiendo ropa sucia, basura, y restos de comida que se acumulaban en el departamento.
Suga, como de costumbre, aún dormía.

— Arriba, bella durmiente. –Hoseok casi gritó.– ¡Arriba! ¡Despierta!

El peliverde se resguardó entre las telas y el algodón, deseando más que nada en este mundo, no escuchar esa chillona voz.

— Anda, genio... que no puedes dormir hasta el mediodía ya, hombre grande. –Hoseok balbuceó al pasar por la puerta de la habitación ajena.

— Me levantaré sólo para meterte ese trapo húmedo en la boca, chaval. Déjame dormir, no seas envidioso.

— Levántate o te levanto, Yoongi. –Hoseok sonrió, y bajó a continur limpiando.

Suga recobró la lucidez al sentarse en la cama. Agotado de la vida misma, bostezó y se tomó unos minutos para salir de su habitación.

— ¿Vas a limpiar toda la casa? –Preguntó el dueño de la cabellera mentolada, mientras ocupaba sus manos en un nuevo café.

— Tu habitación la limpias tú.

— Ajá..

Hoseok observó a Suga unos segundos.

— No lo harás, ¿verdad?

— Nop.

El menor de ambos se río para sí mismo, sabiendo que tendría que limpir todo él solo. Ya a esta altura, daba igual.

Suga prendió la televisión y estuvo a punto de abrir Netflix cuando su teléfono sonó.

— ¿Mande?

— ¿Hyung?

— Sí, Jiminnie. Dime..

— ¡Buen día! Hyung, tengo buenas noticias. ¡Excelentes noticias!

— ¿Sí? Dime, Kitty.

— Conseguí trabajo. El.. el Starbucks cerca del colegio. ¡Empiezo el lunes!

Suga se pausó por un momento. Por alguna razón que no conocía.. la idea no le agradó. En absoluto.

— Ah.. bueno, me alegro Jiminnie. Pero.. ¿por qué debes trabajar?

— Quiero ayudar a mamá. Y.. tener mi p-propio dinero. ¡Invitar una cena romántica con hyung!

— Bien sabes que eso no es necesario.

— Lo sé pero.. quiero hacerlo. ¿Acaso no está contento por mí?..

Suga pudo ver el leve puchero que Jimin estaba haciendo en ese momento, sin siquiera necesitar tenerlo frente a frente.

— No, claro que me alegro, bebé. Sé que puedes, dentro de poco serás todo un adulto.

— ¡Te adoro, hyung! Sabía que me apoyarías. Incluso hablé con los de la empresa por mis orejitas. Me darán una gorra para trabajar, pero se asomarán de vez en cuando y no tienen problema con ello.

— Te adoro, pequeño. Si quieres.. te llevo en tu primer día.

— Eso.. s-sería genial, hyung.

— ¿Hablamos en un rato, kitty? Que me llamaste justo cuando estaba ayudando a Hoseok con la limpieza..

Suga desvió la mirada y contuvo la risa cuando vió al mismo Hoseok cruzado de brazos, con guantes de plástico y la escoba a un lado.