capítulo treinta y cuatro; detachment

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Jimin agitó su mano en el aire cuando saludó a Suga, quien lo habría llevado a aquella sucursal de Starbucks dónde hoy comenzaría a trabajar.

Al divisar el lugar, el menor tragó con fuerza. Inevitablemente una oleada de timidez le tiñó las mejillas de bordó cuando pensó en que debía entrar y.. presentarse, integrarse en un grupo de trabajo ya formado.
Jimin respiró hondo cuando sujetó las tiras de su mochila, dispuesto a entrar.

— Buenas.. tardes.

Esbozó una leve sonrisa, y oyó el ruido de las campanillas que sonaban al abrirse la puerta. Las dos personas detrás del mostrador lo observaron, sonriéndole de la misma manera.
Jimin distinguió la cabellera roja del joven que cobraba los pedidos. La chica se veía bastante ocupada en preparar lo que lucía como un frappé.

— Tú debes ser Jimin. –El cajero frunció el entrecejo, simpático.– Dame un minuto y estoy contigo.

El pelrubio asintió, hundiendo las comisuras de sus labios al sonreír silenciosamente. Aguardó, y divisó atentamente aquel amplio lugar. Las luces eran cálidas, había sillones por doquier y no había mucha gente.

— Listo. –Oyó el menor, a sus espaldas.– Ven.. te daré tu uniforme y te mostraré algunas cosas que debes saber para empezar.

Jimin siguió a dicho pelirrojo y observó cómo su compañera se encargaba de cobrar y entregar los pedidos a los clientes. Todo sola.

— Aquí están las perchas donde.. ya sabes, colgamos los uniformes, delantales, lo que sea. Allí, a tu derecha, están los repuestos de mercadería. Si algún día te falta, no sé.. hielo, leche, crema o esencia de frutilla, lo buscas ahí. –Jimin oyó atentamente y siguió con la mirada cada lugar que su indicador señalaba.– Éste es el pequeño lugar que tenemos de descanso, aunque puedes aprovechar tu break de la manera que se te de la gana. –El pelirrojo se encogió de hombros y rápidamente se volteó, quedando frente a frente con un Jimin que aún no procesaba la información.– Lo único que te resta saber es el manejo de caja. Si no me equivoco.. te designaron a vendedor pero está bueno que estés al tanto, por si algún día debes cubrirme a mí.

Jimin asintió, sin saber qué contestar. Repentinamente, en medio de los nervios, formuló la única pregunta que se presentó en su cabeza.

— Uh, puedo.. ¿puedo saber tu nombre?

El pelirrojo asintió, enternecido.

— Baekhyun. Me llamo Baekhyun y soy el subencargado de esta sucursal. –Éste le tendió la mano al menor, quien sin dudar se la estrechó.– No tienes por qué estar nervioso.

— Lo sé.. –Jimin soltó una risa, una vez que dejó su mochila a un lado de las perchas.– Sólo tuve un.. día poco favorecedor.

Baekhyun sonrió y le tendió al menor su delantal.

— Luego me cuentas. –Dijo el más alto, y palmeó el hombro de Jimin.– Ahora ve, Sooyoung te espera en el mostrador.

El pelirubio se calzó el delantal, estampado en verde oscuro y marrón, una vez que se dirigió hacia la esbelta figura que actualmente permanecía desocupada.

— H-Hola.. mi nombre es Jimin. –Musitó, y sonrió al ganarse la amable atención de la pelioscura.

— Sooyoung. Puedes llamarme Joy. –Dijo, mientras sacudía su delantal.– ¿Empezamos? Te mostraré cómo está todo acomodado.

Jimin estuvo de acuerdo y allí transcurrieron sus seis horas laborales.
La tarde no fue tan caótica como él había pensado. Después de todo, sus dos compañeros de trabajo eran sumamente amables. O al menos eso aparentaban.
El reloj marcó las siete y media cuando Jimin devolvió su delantar al pequeño armario de su trabajo. Baekhyun se quedaría a cerrar los ingresos del día, sin embargo, era el horario de salida para el nuevo empleado y su compañera, Joy.

doux | pjm+mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora