capítulo quince; good night

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La puerta del móvil se cerró una vez que Jimin y Suga se despidieron de Tae y Hoseok.

- ¡Suerte, Jiminnie! Me marcas cualquier cosa, ya lo sabes. -Gritó un sonriente Taehyung desde su asiento.

El rubio de orejas puntiagudas color negro asintió, con su mano entrelazada a la de Suga.
Y finalmente, cuando estaban a punto de abrir la puerta, el auto detrás de ellos aceleró, dejando a Jimin hecho una bola de nervios.

- Adelante. -El peliverde habló, y el menor vio cómo se dirigía a lo que parecía la cocina.- Ponte cómodo.

Haciendo caso a lo dicho, Jimin se sentó tímidamente en el sofá.
De su lugar divisó varios apuntes y revistas que no precisamente lucían pertenecientes al colegio.
Sin saber si estaba bien o mal, tomó una de los apuntes, y su mirada comenzó a deslizarse por encima de todos aquellos acordes que, por supuesto, él no sabía leer.

- ¿Sabes lo que es?

Suga habló de repente, y Jimin se sobresaltó, haciendo que la hoja en sus manos casi cayera.

- Uh.. no.. -El menor negó, tomando uno de los vasos con gaseosa que el peliverde le tendía.- ¿Q-Qué son?

- Acordes. -Respondió Suga.- Acordes de piano y batería.

Jimin se quedó estático, con el vidrio rozando sus labios y la mirada fija en Suga.

- ¿Tú.. sabes tocarlos? -Murmuró, y el mayor asintió.- Ah, yo.. siempre he querido tocar algún..instrumento.

- ¿Y por qué no lo has hecho?

- Mi mamá no me deja. -Murmuró, luego de darle un sorbo a su Sprite. Suga, por su lado, casi se ahogó al oír lo anterior.

- ¿P-Por qué no te deja? -El peliverde replicó y apenas tosió la picazón de su garganta.- Son sólo instrumentos..

- Ella cree que.. que me distraerán de mis estudios. -Jimin se encogió de hombros, con la mirada aún distraída en los apuntes frente a él.

- ¿Quieres tocar uno?

- ¿Qué? -El menor repreguntó, atónito.

- Que si quieres tocar alguno. Tengo.. tengo un piano y una guitarra en mi habitación.

Jimin, mudo, asintió.
Sin más, Suga se puso de pie y el menor lo siguió hacia las escaleras, subiéndolas para finalmente encontrarse en su habitación.
El menor se sintió un poco incómodo al ya haber estado ahí, recordando la situación vergonzosa de su estado de celo.

- Ven, siéntate. -Suga lo distrajo cuando señaló su cama.
Jimin lo perdió de vista por un momento y, acto seguido, divisó de nuevo cómo una guitarra de color negro se hallaba entre los brazos del más alto.

El menor supuso que debía tomarla cuando Suga se la tendió, pero no supo cómo.

- La izquierda va en las cuerdas, con la derecha marcas los acordes. -El peliverde determinó, poniéndose en cunclillas frente a Jimin.- ¿Sabes cuáles son las notas?

- Uh.. ¿do, re, mi?..

- Sí, sí. -Suga sonrió.- Do, re, mi, fa..

- ¿Sol? -Preguntó Jimin, y el mayor asintió.- La..

- Si. Son ocho, porque vuelve a empezar.

De repente, Suga se puso de pie y en su escritorio, buscó algo.
Cuando lo encontró, dobló el papel y se lo mostró a Jimin, quien aún sostenía la guitarra con algo de pudor.

- Mira, tus dedos se llamarán a, b y c. Debes ubicarlos en este órden para lograr todas las notas.

Jimin observó atentamente cómo cada gráfico le decía dónde posicionar tres de sus dedos.
Ansioso, comenzó por do.

doux | pjm+mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora