capítulo cuatro; purr

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Suga llegó a la dirección que Taehyung le había mandado, fijándose si era correcto donde estaba.
Y sí, lo era.

Taehyung había prometido enviarle un WhatsApp cuando se iba con su madre, indicando que la casa estaba libre.

Por lo cual, apenas lo recibió, Suga tocó la puerta, aguardando a un costado de ella.
Y de repente, un rostro relajado y de tez un poco más oscura que él, abrió la puerta, sin siquiera preguntar.

El mayor se rió en su lugar cuando vio como esas facciones tranquilas se tornaron a rotundo pánico, y la puerta se cerró de golpe.

- ¿Q-Qué haces aquí? -Se oyó la voz del menor del otro lado de la madera, bastante temblorosa.

- Pasaba a visitarte. -Suga habló, con el oído pegado a la puerta.- ¿Me abres?

- N-No.. vete.

- Vamos, Jimin. -El mayor volvió a reír, y palmeó apenas la puerta.- No me iré, y tampoco te haré nada. Ábreme y al menos, sal un minuto.

Del otro lado no se oyó nada, sólo percibió cuando el menor se alejó.
Unos ruidos rápidos, una suave corrida y unos minutos algo eternos fueron suficientes para que Jimin abriera la puerta, dejando impactado a Suga.

- Wow. -El mayor sonrió, apoyándose en el umbral de la puerta, luego de haber scanneado con la vista al menor. Su beanie azul y su ropa totalmente negra lo habían dejado atónito.- Gracias.

- ¿Q-Quieres pasar o..-Jimin habló, rascando su nuca y desviando su mirada.

- Me encantaría.

Finalmente, el menor dejó que el dueño de aquella cabellera verde se adentrara a su pequeña casa.
Todo estaba prolijamente ordenado, y Jimin era un manojo de nervios.
Jamás, repito, jamás había hecho ésto.
Pero algo en su cabeza le recordó que su mamá volvería tarde y que.. nada demasiado malo podría pasar.

Bueno, eso creyó.

- ¿Gaseosa, café, agua..? -Jimin ofreció desde la cocina.

- Tú. -Suga, fanfarrón, respondió, y luego de reír ante el silencio incómodo de Jimin, continuó.- Nada, corazón. Te agradezco.

Las mejillas de Jimin y él volvieron al sofá con un vaso de agua entre sus manos, tomando lugar en el sofá, a cierta distancia del mayor.

- ¿A q-qué pasabas? -Preguntó, curioso, tomando un sorbo de su vaso.

- A hablar contigo. -Suga respondió, con la mirada fija en los movimientos tensos del menor.

- Pod-drías haberme llamado.

- Quizás. Pero quería verte. -Jimin casi se ahoga con agua cuando dejó con fuerza el vaso sobre la mesa.

- Suga, yo.. no puedo.

- Ah, joder.. -Suga se fastidió cuando se dejó caer en el sofá, divisando al contrario.- ¿En serio vas a negarme hasta un mísero beso?

Jimin se paralizó.
La curiosidad y el miedo lo consumían.
Porque Suga era realmente intimidante, y porque.. el menor sólo había tenido un beso en toda su vida. Sólo uno.

- No, no es negártelo, es sólo que..

- Ven aquí entonces. -Suga lo cortó, y Jimin detuvo su mirada en él.

El menor no sabía qué le había pasado por la cabeza, no comprendía por qué se había puesto de pie y cómo, nervioso, estaba parado frente a un cómodo Suga que se desplomaba en su sofá a la vez que lo devoraba con la mirada.

Suga se estiró para tomar la mano de Jimin y cuando levemente tironeó de ella, el menor se acomodó con lentitud sobre él. Primero una pierna a un lado de su cuerpo, y luego la otra, de la misma manera.
Jimin se sentó y se sintió sumamente raro cuando la esencia cálida del menor lo contagió. Suga lo observaba fascinado, y Jimin simplemente no podía más de la ansiedad.

doux | pjm+mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora