capítulo catorce; sleepover

8.4K 1.1K 411
                                    

Los labios de Suga se despegaron de los de Jimin por primera vez en casi quince minutos.
Sus manos húmedamente ásperas jugaban con el sweater del menor, deleitando sus sentidos con el ronroneo que aún insistía en hacerse oír.

Jimin estiró una de sus manos para bajar la ventanilla, lo suficiente para que algo de aire fresco corriera entre aquellos vidrios empañados; al mismo tiempo, el peliverde aprovechó la distracción, bajando su tacto al trasero del menor.
Una vez más, las mejillas de Jimin se tiñieron de bordó, y la risa del mayor resonó entre ambos.

- Puedo dejar de hacerlo si me lo pides. -Suga habló, con los labios rozando los ajenos.

- No. -Con firmeza, Jimin determinó, y decidió abrazar los hombros del mayor.- No.. no quites tus manos de ahí.

Suga se ahorró las inútiles palabras que estaba a punto de decir cuando reafirmó su agarre en el menor, al mismo tiempo que unió sus labios otra vez. El beso se tornó más dulce que el anterior, pero no tardó demasiado en adquirir el mismo deseo que los mantenía allí dentro.
Con una lenta maniobra, Suga comenzó a acomodarse encima de Jimin, y en cuestión de minutos ambos acabaron recostados en el asiento trasero.
Los besos del peliverde comenzaron a pasearse por el cálido y perfumado cuello; mientras tanto, Jimin, quien jadeaba sin su propio consentimiento y flaqueaba las piernas alrededor de la cintura del mayor, respiró profundo y únicamente atinó a hundir sus dedos en el decolorado cabello de Suga.

El mayor sintió el tirón en su cuero cabellido, y fue suficiente para que de un sólo golpe, su cordura volviera a actuar.

- Creo que.. que mejor debemos, uh, debemos salir. -Suga se alejó apenas, con la boca húmeda y el aliento cálido entrando y saliendo con rapidez de su organismo. Jimin lo observó, tumbado en el asiento y con los ojos entrecerrándose por el placer.

- No qui.. no quiero salir. -El menor tartamudeó, y sus pequeñas manos se aferraron a la campera de cuero del mayor.

- Jimin, yo.. no puedo. -La risa nerviosa de Suga apareció, cuando evitó la mirada de Jimin.

El menor se silenció y por un segundo sus ojos se aguaron. Sus dientes mordieron su labio inferior y bajó la mirada, captando la atención del mayor.

- Es.. es por mis orejas, ¿verdad? Porque soy ésto. -Jimin susurró y sus labios apenas se movieron en el habla.

- ¿Qué? No, oye. -Suga aún sonreía con amabilidad, cuando tomó una de las mejillas de Jimin entre sus manos.- Que seas un gato nunca podría molestarme. No es eso, en absoluto.

- ¿Qué es, entonces?.. -Jimin insistió, ganándose un suspiro profundo del mayor.

- Jimin, tú.. agh, eres menor. No quiero lastimarte, dudo que tengas idea de lo que vaya a ocurrir si seguimos así y, uh.. no quiero hacer algo de lo que me vaya a arrepentir luego. -El peliverde habló con firmeza cuando dejó un casto beso en la mandíbula de Jimin.

Sin embargo, aún cuando sus palabras sólo indicaban que quería proteger al menor, el dolor en el pecho de Jimin pareció no entender aquel mensaje.

- Está bien. -Jimin susurró, con la garganta anudada y la mirada perdida.- No hay.. problema.

Suga sonrió, y rápidamente se desligó de las piernas de Jimin para sentarse normalmente. Destrabó las puertas, bajó las ventanillas para desempañarlas y finalmente, bajó de allí.
Jimin salió detrás de él cuando automáticamente, tomándolo por sorpresa, fue rodeado por los brazos de Suga. Los labios ajenos se pegaron a su frente, repartiendo numerosos besos castos sobre la misma.

- Lo entiendes, ¿verdad?

Suga habló. Jimin asintió, perdió la mirada en la noche y se abrazó sin demasiadas ganas al más alto.

doux | pjm+mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora