Eso no es cierto.

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Mi teoría no funciona. Digo, ¿quien quisiera secuestrar a una loca como Keyla?

 Me dirigía a la oficina de la directora. Resulta que en el gran Instituto su oficina esta en lo más alto, lo que significa que tenia que subir un montón de escaleras. Y como no nos dejan sacar nuestras alas, tuve que ir a pie. 

Toqué la puerta de su oficina. 

—¿Quien?

—Soy la alumna Woodhouse. Ocupo hablar con usted. 

La puerta se abrió lentamente y la directora estaba en su silla, viendo unos papeles. 

—Oh si, eres la famosa Hayley. Toma asiento por favor, ¿de que desea hablarme?

—Bueno, con todo respeto y eso... es de Keyla, la estudiante desaparecida. 

La directora se pusó tensa y pálida de momento. 

—¿Qué tiene que decir de ella?

—Esa noche, creo que fui la ultima que la vi. Bueno, no estoy segura.

—Señorita Woodhouse, esto es un asunto serio. Usted tiene un gran desempeño y oportunidades aquí debido a su condición. Pero si esto es una broma de estudiantes por favor retírese. 

—¡No es una broma!— me defendí. 

—Keyla y yo tuvimos una enemistad, pero juro que yo no le hice nada. Esa noche del baile ella trata de pegarme y maltratarme y terminamos en una mala pelea. No se si alguien más la vio enojada o... la agarraron. 

—¿La agarraron? ¿la secuestraron? explíquese por favor... 

—Sra. Directora— dije con todo respeto — Abra los ojos, es obvio que si alguien le hizo algo, fue aquí en el Instituto y fue alguien de aquí. 

 ***

 Después de una charla con la directora llegó a la conclusión de que aumentaría la seguridad en la escuela. Pero no podía creer que mi enemiga en estos momentos la veía como una víctima de algo o alguien. Y no podía respirar en paz al saber que fue en este mismo Instituto. Dieron aviso a los padres sobre esto, pero lo más escalofriante fue saber que los padres de Keyla murieron años atrás y que su único pariente cercano es Josh, su hermano. 

¿Puede que...?

—¿Hayley? 

Una voz me llamó. 

—Peter, ¿que haces por aquí? 

El se acercó más hacia mi. 

—Te ofrezco una disculpa.

—Por lo del beso. Me siento muy apenado.— continuó.

El beso. 

—No tienes por que, eres mi amigo y eso no cambia nada. 

—¿Enserio?—su cara se lleno de ilusión— Eres la mejor humana que conozco, bueno. Eres la única. 

Nos dimos un amigable apretón de manos.

—Oye vamos...

No pude terminar la oración porque unos gritos de profesores estaban cerca. Parecían como si estuvieran regañando a alguien. Peter me miro con cara de preocupación de que nos pillaran fuera de clase así que nos escondimos trás unas paredes muy estrechas. 

—¿Qué hacías por allí y no en clase?— preguntaba un profesor hacia un alumno.

Mierda, no puedo ver a quien están regañando. Una sombra venia atrás del profesor, agachado y bufando. 

Instituto de criaturas© »Borrador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora