AQUA Healing Heart

Capítulo 6

Polonia, 1983.

— ¡Liv!

La pequeña casa se inundó con el grito.

— ¡Liv!

Erik fue a buscarla al dormitorio. Sus pasos firmes hacían rechinar las escaleras, con un suave movimiento de manos abrió la puerta sin siquiera tocarla. Dentro encontró a Liv, totalmente absorta en la música que escuchaba, al mismo tiempo que bailaba sobre la cama. Erik se maldijo por traerle de regalo uno de esos novedosos aparatos, y aprovechó las piezas de metal para quitárselo a su hija.

— ¡Oye! — protestó Liv y cesó el baile para dejarse caer en la cama.

— Te he estado llamando.

— Perdona. Ahora, ¿puedes devolvérmelo? — arqueo una ceja y extendió la palma de su mano.

Ante esto, Magneto guardó el aparato en su bolsillo. La expresión horriblemente seria de su padre hizo que la actitud de Liv se volviera apacible. Conocía a Erik lo suficiente para saber que algo andaba mal.

— Me descubrieron — dijo sin más — Tuve que hacerlo — Erik relató como uso su poder en la fábrica, para salvar a un compañero de ser aplastado por una estructura metálica.

— Eso significa que...

Después de lo que Erik había hecho en el pasado y de recientemente haber mostrado su mutación, Liv sabía que lo primero que pasaría es que la policía vendría por él. Y no estaba dispuesta a volver a sufrir lo mismo, no volvería a estar separada de él.

— Hay que irnos, ahora.

Erik le devolvió su novedoso reproductor de música y prosiguió a hacer las maletas. Liv imito su acción, después de todo ya tenía practica en hacer equipaje y huir.

*

— Habiendo tantos países en el mundo, ¿por qué escoger Estados Unidos?

— Silencio.

Liv puso los ojos en blanco.

— Te vi. Tengo asuntos sin resolver.

— ¿Cómo cuáles?

— No te incumbe.

— Claro que me incumbe. Papa, después de todo lo que sufrimos aquí, ¿Por qué regresar? La verdad es que no lo entiendo, y no me pidas que lo haga.

Antes de que Erik pudiera decir algo, Liv fue a lo que ahora sería su nueva habitación. Sin duda estaba molesta. Erik apretó los puños, cada día la actitud rebelde de Liv le hacía perder la calma, aunque no podía culparla. Ella ya tenía veinticuatro años y quería hacer su propia vida, salir al mundo y experimentar. Pero hasta ahora, solo había estado junto a él, y la mayor parte del tiempo encerrada. Aunque eso estaría por cambiar muy pronto, la ciudad de Nueva Orleans tenía mucho que ofrecerle a la joven Liv.