Capítulo 29

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— Será como acordamos.

Erik se aseguró de tener la maleta lista, había pasado los últimos días viajando en compañía de Nora. Esta vez tendrían que separarse, ella visitaría a su familia en Ohio y él se encaminaría hasta la mansión.

— Es posible que llegue antes, papá no estará tan alegre de recibirme. — Nora se puso la mochila al hombro, el recuerdo de su familia le daba mucha nostalgia.

Erik asintió, conocía su historia muy bien. Como en la mayoría de los casos, los hijos que resultaban mutantes no eran muy bien recibidos, y Nora no fue la excepción. Huyendo de casa se topó con Erik y después de varios sucesos, ya era parte de la familia que él mismo había conformado.

— Resolveremos eso, no estoy al tanto de la situación allá, pero te aseguro que no les vendría mal una maestra extra.

Nora hizo una mueca similar a una sonrisa. Ambos salieron del hotel en que pasaron la noche, a partir de ahí tomaron caminos separados luego de despedirse. Erik ingresó al auto que compró sin muchos problemas y papeleos, iba tardar más en llegar, pero no quería afrontar demasiado pronto el hecho de volverlo a ver. Sí, ansiaba ver a Liv, pero la posible reacción de Charles le hacía pensar las cosas una segunda vez. Tan sólo de recordar la pelea que tuvieron en el avión hace años le provocaba un remordimiento atroz. Por todo lo que había hecho, no esperaba que Charles lo recibiera con los brazos abiertos y mucho menos hacer como si nada hubiese pasado. Sin embargo, debía ir por Liv, y eso estaba más que claro.

***

Charles y Liv, ambos en camillas separadas por una cortina, reposaban con tranquilidad. Sus caras mostraban paz, dormían en la más absoluta tranquilidad. Habían pasado más de ocho horas desde que Liv intervino en Charles. Hank se mantenía un poco más tranquilo, por un momento pensó que había pasado algo peor o que habían caído en coma, pero Jean corroboró que no era así. Tras el aparente desmayo de ambos, la telepata decidió hacer uso de su don. Entró a sus mentes y encontró que únicamente estaban dormidos, y era mejor esperar a que despertaran. Hasta ese momento, la notica del suceso ya era conocida por todos en la mansión, angustiados, la mayoría de estudiantes y profesores limitaron sus actividades y aguardaban por una buena noticia. En la sala médica, se encontraban Hank y Alex, cuidando del Profesor y la chica.

— Ten paciencia Summers.

Era evidente el nerviosismo del chico, caminaba de un lado al otro, sosteniendo en sus manos la pulsera que ella le había dado.

— Debió hacerte caso, realizar todas las pruebas que querías hacer en ella. Estar seguros que esto no iba a pasar. — se acercó hasta ella para tomarla de la mano — Es muy terca cuando se lo propone.

McCoy frunció el ceño, no respondió y prefirió mirar a Charles. Si bien, no sabían si la movilidad de sus piernas era un éxito, por alguna razón el tacto de Liv le había devuelto el cabello. Un hecho que encontraba curioso dentro de la pequeña tragedia.

Alex se sentó y recostó su cabeza en el extremo de la camilla, todo sin soltar la mano de Liv. De pronto, ella despertó poco a poco.

— ¿Quién dices que es terca? — preguntó con la voz ronca y adormilada.

Hank y Alex se sorprendieron. Ella sentía todo el cuerpo entumecido y cosquilleos en las piernas, así que optó por estirar sus extremidades y bostezar para despertar por completo. Miró alrededor para darse cuenta que aún seguía en la sala médica.

— Liv, que susto nos diste.

— ¿Y Charles? Quiero verlo — dijo ignorando a Hank.

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