Capítulo 17

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Hank terminó de tomarle muestras de sangre a Liv. Ambos estaban entusiasmados por saber más sobre la mutación que poseía, y eso mantenía a Liv distraída de su amnesia.

— Pronto te daré noticias.

— Gracias Hank, de verdad. ¿Vendrás a la piscina?

— Quizás en un rato.

*

Jean recibió diversas felicitaciones y sonrisas por parte de los niños. Todos disfrutaban del Sol y de darse chapuzones. Liv se acercó tímida y permaneció a un lado de toda la diversión. Vestía ropa ligera y llevaba suelto el cabello.

— Hola — Alex se sentó junto a ella — ¿Qué haces tan alejada?

— Ah... ya lo arruiné una vez y no quisiera hacerlo de nuevo.

— Hey, no lo arruinaste. Siempre es bueno tener nuevos estudiantes — él se levantó y le ofreció una mano — Me han dicho lo que haces, tal vez puedas añadir más diversión.

Con más ánimos Liv aceptó la mano de Alex para levantarse, juntos se acercaron. Algunos miraban a la chica con recelo, Jean cruzó los brazos y no le quito la mirada de encima. Alex se quitó la playera y de un salto entró al agua, Liv reaccionó y detuvo el agua para que no la salpicara.

— Controlas el agua — comentó una niña pequeña — ¿Puedes crear olas?

— ¡Sí! Así podría usar mi tabla de surf — dijo otro niño de cabello rizado.

Los presentes miraban a Liv con intriga, ¿podría la novata demostrar de lo que estaba hecha?

— Yo... no estoy muy segura.

— Déjenme intentar — intervino Jean. Después de todo, su telequinesia se lo permitía.

Al oír que Grey lo intentaría, todos salieron de la piscina. La pelirroja levantó una mano, el agua comenzó a moverse de forma brusca, ciertamente parecían olas pero no en las que podías surfear. Al darse cuenta, Jean bajó la mano y todo volvió a la calma. Scott reconfortó a la chica. Storm y Alex calmaron a algunos niños.

— Anda, puedes hacerlo — Peter se acercó para animar a Liv.

Estoy seguro que sí.

Liv volteó, Charles y Hank se acercaban.

Tras un largo suspiro, Liv puso en alto ambas manos. El agua poco a poco se movía hasta formar una ola que iba aumentado de tamaño conforme Liv adquiría seguridad. Algunos niños corrieron a la mansión y volvieron con tablas de surf que jamás habían pensado en utilizar.

— Tenía razón — Alex le guiño un ojo a Liv para luego irse a surfear con una tabla prestada.

Todos se divertían, incluso Jean que al principio se sentía opacada. Liv se sintió más aceptada, sobre todo por los más jóvenes.

*

— A dormir.

Charles había terminado de leerles un cuento a Tessa y Maryon, ambas gemelas de seis años y cuya mutación les permitía adherirse a cualquier superficie. Liv las arropó y acomodó el libro en un estante.

— ¿Puede quedarse Liv? — pidio Tessa.

— Sólo un rato más — añadió Maryon.

Liv asintió, y Charles ordenó que se durmieran pronto. Al salir Charles, las niñas comenzaron a cuestionar a Liv.

— ¿Es cierto que no recuerdas nada?

— Es verdad, pero ya hay que dormir.

— Está bien, pero ¿puedes darnos un beso de buenas noches?

Sonriente, la joven se acercó a Tessa y besó su frente. Hizo lo mismo con Maryon y se percató de una herida grande cerca de su cuello.

— ¿Quién te hizo esto?

— Paso en el entrenamiento, me caí.

Liv espero unos minutos más, entonces las niñas quedaron profundamente dormidas, jugar tanto en la piscina agotó sus energías. Vio la herida de Maryon, cuidadosamente frotó su pulgar en ella y lo siguiente la tomó por sorpresa. Todo rastro de daño se desvanecía bajo el toque de Liv.

Ella, sin hacer ruido salió con prisa de la habitación. Acaso, ¿ella podía sanar heridas? Bajó hasta la cocina y buscó un cuchillo filoso. Quería probar una teoría, si funcionó con la niña, tal vez con ella también. Realizó un corte pequeño en el dorso de su mano. La sangre brotó, luego fue reabsorbida y no quedo cicatriz. Respiraba acelerada por tal acontecimiento, necesitaba probarlo con alguien más y con una herida más grande.

*

— Peter — susurraba Liv y tocaba levemente la puerta.

Aun no era muy tarde, el reloj indicaba las diez y media.

— Peter — a Liv le urgía que él respondiera rápido, no quería que nadie la viera con un cuchillo en la mano como si quisiera herir a alguien.

— ¿Liv? — se escuchó la voz de Hank — ¿Qué haces?

Al mismo tiempo la puerta se abrió, Alex sonrió por ver a Liv en su puerta.

— Maldición.

AQUA Healing HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora