Cara o cruz 3 (Luke Hemmings y Calum Hood)

Verdades.

Sonrío triunfal cuando separo mi cara de la de suya, ella niega con la cabeza y deja de mirarme, yo la pego más a mi cuerpo, pero está tensa y la atmósfera tranquila que nos rodeaba antes ha desaparecido, hasta creo que lo ha hecho mi borrachera. Noto como ella se mueve incómoda bajo mis brazos hasta que consigue que la suelte y se aleja ligeramente de mí, pero lo suficiente como para que vuelva a notar el frío de la noche recorrer mi cuerpo, ahora incluso el agua de la piscina me resulta demasiado fría. 

Noto como ella se pasa las manos por los brazos intentando darse calor mientras observa sus pies moviéndose dentro del agua. 

- Vale, ¿me vas a decir lo que pasa?- Ella se gira para mirarme algo asustada por el repentino sonido de mi voz.

- ¿Cuándo vas a dejar de jugar conmigo?

- ¿Qué? 

- ¿Cuándo vas a acabar con este puto juego?- Ella eleva un poco más la voz, pero no demasiado, seguramente porque si lo hace puede que alguien se queje.

- Pensaba que era un juego para lo dos, lo pasábamos bien y ya.

- Claro...

- ¿Qué coño pasa?

- Que estoy recién casada Luke.

- ¿Y qué? 

- Acabo de casarme hace como ¿10 horas? Y no quiero estar en mi habitación con mi marido, estoy deseando que se vaya a Europa para poder volver a pasar tiempo contigo, ni siquiera me importa que me mienta, no se supone que esto debería de ser así. Ha dejado de ser un juego hace mucho tiempo, al menos para mí. Ya sé que tú no sientes nada y que para ti siempre seré algo así como un pasatiempo, así que por eso te pido que lo dejes de intentar, porque soy débil, contigo siempre lo fui y simplemente quiero ser feliz a su lado, se supone que no debería seguir enamorada de ti, pero es que no me dejas pasar página.  Estoy anclada en la misma hoja desde hace 7 años, leyéndola una y otra vez, sin ser capaz de avanzar y cuando creo que ya lo he hecho, al día siguiente tú has vuelto a colocar el marcador en la misma página y yo como una idiota vuelvo a repetir todo sin darme cuenta de que para ti solo soy un juego, un párrafo bonito en todo tu libro.- Ella empieza a sollozar tapándose la cara con las manos.

- Yo...

- ¿Tú qué? ¿Vas a decirme ahora que no soy un juego? ¿Qué para ti soy mucho más que eso? Porque si es lo que pensabas hacer ya te lo puedes ahorrar, porque no te creo, si lo fuera no seguirías acostándote con mil chicas. 

- No me he acostado con tantas chicas.

- TODAS absolutamente TODAS las veces que he ido a tu casa había alguna chica en ella.

- ¿Alguna vez les has prestado suficiente atención? 

- ¿A qué te refieres? 

- ¿Alguna vez te has fijado en su cara? 

- No, simplemente que la mayoría eran morenas.

- La mayoría... Todas lo eran, básicamente porque era la misma chica todas las veces y no me acostaba con ella.- Miro su reflejo en el agua para evitar mirarla a los ojos.

- No entiendo nada...

- Era una vieja amiga, se mudó a las afueras de Sydney y muchas veces por razones de trabajo o estudios, nunca me interesé mucho la verdad, tenía que pasar varios días en Sydney, así que le ofrecí mi casa, la primera vez que apareciste allí te creíste que había pasado algo, yo ni siquiera te lo afirmé y el resto de las veces pasó lo mismo.

- Pero la echabas de casa...

- Seguía siendo mi casa y ella lo entendía. Tiene novio desde que la conozco.

- ¿Y cuándo estábamos de gira?

- No te negaré que alguna vez me acosté con alguna chica, pero... Creo que no fue ni con la mitad de las que tu te crees.

- ¿Por qué?

- Porque no quiero volver a sufrir por ti. Eres lo más doloroso que me ha pasado en la vida.