Una nueva fotografía escondida en un cajón que saca a relucir un nuevo recuerdo, ambos estábamos agotados tras llegar de viaje desde Canadá, ella dijo que no tenía sueño y yo simplemente por no dejarla sola, dije que tampoco lo tenía a pesar de estar muriéndome de cansancio, ambos nos sentamos en el sofá, bueno en realidad ella se sentó en el sofá y yo me acosté poniendo la cabeza sobre sus piernas, ella empezó a acariciarme el brazo con suma delicadeza haciendo que en menos de 10 minutos cayerá rendido. Aprovechó el momento y sacó un foto sacando la lengua en la que se me ve completamente dormido con la boca abierta, si la foto tuviera más calidad fijo que incluso se me podría ver babear. No me desperté en toda la noche y ella no se movió de allí, se quedó dormida sentada simplemente por no molestarme.
- Tío, llevas una hora ahí sentado ¿qué haces?- Me giro de golpe y veo a Ashton sudando en la entrada de mi habitación con una caja que parece bastante pesada.
- ¿Qué llevas ahí?
- Un montón de libros que había en el salón y supongo que no son tuyos.
- No, una vez me obligó a leerme el Código Da Vinci porque dijo que me gustaría, yo le dije que seguramente no me iba a gustar, que sonaba a coñazo, me lo leí en dos días y ha sido uno de los mejores libros que he leído, pero nunca lo acepté delante de ella. Aunque estoy seguro de que sabía perfectamente que me gustara, me conoce incluso mejor de lo que yo mismo lo hago.- Ashton suspira dejando la caja sobre el suelo antes de acercarse y sentarse a mi lado junto al armario de nuestra habitación.
- Calum, ¿tú estás seguro de esto?
- ¿De qué?
- De que quieres vender esta casa.
- Si, si que lo estoy?
- ¿De verdad? Porque llevo aquí toda la puta tarde cargando cosas y metiéndolas en cajas, ¿cuánto has empaquetado tú? Porque yo no veo nada y cada vez que pasaba por delante de esta habitación te veía absorto mirando algún objeto. Sé que no quieres venderla y que si lo hicieras acabarías arrepentiéndote. Sé que ahora es difícil enfrentarte a todos los recuerdos que se encierran en esta casa pero cuando pase un tiempo y le quieras dar un hogar a tu hijo te gustará poder contarle cosas que has vivido en esta casa con ella.
- Hablas como si supieras que voy a volver con ella.
- ¿Y no es lo que siempre hacéis?
- Esta vez es distinto.
- Lo sé, pero también sé que la quieres y aunque no volváis a estar juntos, seréis amigos, por lo menos por el pequeño que viene en camino y te gustará recordar todo eso. Poder contarle por qué después de un año no habéis pintado el cuarto de invitados, contarle por qué la mesa de la cocina está coja...
- Ella se empeñó en montarla, no sé como hizo para que una de las patas quedara más corta que las otras, pero parecía tan feliz haciéndolo.
- Y tu también lo eres recordándolo, aunque ahora te duela, también te hace feliz porque mientras estabas con ella, eras una de las personas más felices que he visto en mi vida.
- No entiendo por qué lo hizo, yo pensaba que ella también era feliz. Nunca he sido lo suficiente.
- ¿Qué? No digas eso. Nadie sabe por qué lo hizo, solo ella. ¿Se lo preguntaste?- Niego con la cabeza.
- Cuando apareció estaba tan enfadado y tan desesperado por hacer que el dolor desapareciera que solo quería que todo se acabara y dejar de verla. Siempre se me hizo tan difícil verla después de pelearnos, porque soy incapaz de estar cerca de ella sin intentar tocarla, darle un abrazo ¿sabes? y fue tan raro todo, casi ni nos mirábamos, yo pensaba que ella me pediría perdón y haría lo que fuera por arreglarlo, incluso pensé que se iría sin sus cosas solo para tener que volver otra vez, pero cuando la vi sujetando una caja llena de su ropa lo vi todo tan real.
- ¿Lo ves? Ni siquiera tú pensabas que se fuera a terminar.
- Pero no puedo confiar en ella, ni perdonarla, me ha hecho demasiado daño, demasiadas veces.
- Y aún así sigues completamente enamorado de ella. Imagínate lo grande que tiene que ser el amor que sientes por esa chica.
- Soy un imbécil por quererla y perdonarla tantas veces, no quiero seguir siéndolo más.
- Lo sé. Haz lo que dicte tu corazón y mientras tanto si quieres puedes venirte a vivir conmigo y pensarte mejor lo de vender la casa.- Yo asiento y él me pasa un brazo por los hombros.- Ni se te ocurra ponerte a llorar eh, que somos hombres hechos y derechos.
- Gracias, siempre sabes lo que decir para que todos actuemos con cabeza de vez en cuando.
- Lo sé, soy un gran amigo, no hace falta que lo digas.- Ashton se pone en pie y me revuelve el pelo al hacerlo.- Coge las cajas con tu ropa y todo lo que necesites, te espero en el coche.
- ¿No me vas a ayudar a cargarlas?
- He trabajado toda la tarde guardando tus cosas, está claro que no.
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Cara o cruz 3 (Luke Hemmings y Calum Hood)
Fanfiction¿Estás preparada para descubrir lo que hay detrás de lo que no se ha contado y lo que todavía está por pasar? Pues sigue leyendo.