Cara o cruz 3 (Luke Hemmings y Calum Hood)

Ella y él.

Ella, acostada sobre la cama hecha un ovillo llorando desconsoladamente con la camiseta de él entre sus brazos, sientiendo como si realmente estuviera allí entre sus brazos. Él, sentado sobre el plástico que cubre el suelo llorando como no lo había hecho en su vida. Ambos destrozados por estar obligados a separarse a pesar del profundo amor que sienten el uno por el otro. 

Ella se levanta dejando la camiseta sobre la cama, justo en el lugar en el que se la encontró, camina por el pasillo hasta llegar a la puerta cerrada tras la que se encuentra él. Ella da un par de golpecitos en la puerta haciendo que la persona en el interior se sobresalte. 

- Lárgate, vete de una vez.- Su voz suena desesperada.

- Calum, no tenemos por qué hacer esto, le hemos superado otras veces, te quiero, aunque no me creas, lo hago, te quiero demasiado.- Su voz también es desesperada, ambos lo están. Él se pone en pie haciendo que todo el plástico del suelo haga ruido con cada movimiento, golpea la pared en la que estaba apoyado con ambas manos haciendo que ella de un paso atrás en el pasillo. 

- Me has mentido durante 6 años y te has casado conmigo mitiéndome, esto no se puede superar, se acabó, JODER, SE ACABÓ, MÉTETELO EN LA CABEZA.- Calum se agacha para agarrar el plástico con su manos, da un tirón haciendo que éste se despegue del suelo y deje un pequeño trozo sin el. Él se pone en ese trozo que ya no está cubierto y entonces empieza a tirar del plástico haciendo que se despegue y se rompa, con el último tirón deja escapar un pequeño grito y después con la respiración agitada vuelve a notar como las lágrimas recorren de nuevo sus mejillas, él observa el material ahora arrugado contra una pared y sin saber por qué se ve reflejado, a él también lo han roto, también lo han arrancado de su vida.

 Ella deja caer su cuerpo contra la pared a lado de la puerta hasta que se sienta sobre el suelo con las rodillas dobladas y las manos tapándole la cara. Él, paradógicamente hace lo mismo al otro lado, también sentado con sus rodillas dobladas solo que él abraza sus piernas mientras observa la habitación vacía, tan vacía como él.

- Has convertido un sueño en una pesadilla.- Su voz es casi un susurro pero lo suficientemente alto para que ella le escuche.- Toda mi vida giraba entorno a ti, lo eras todo para mi y mientras tanto yo solo era una parte de la tuya.

- Intenté pararlo muchas veces pero no fui capaz, quise decírtelo tantas veces... Pero tenía miedo, tenía miedo a esto, no podía... No puedo soportar alejarme de ti.

- Mentira, todo lo que dices es mentira.

- No lo es...

- Dijiste que no fuiste capaz de pararlo y aún así quieres que sigamos juntos ¿para qué? ¿Para que dentro de un año te lo vuelvas a follar?

- No lo haría.

- No te creo.-Ambos se quedan en silencio simplemente mirando a la nada sumidos en sus pensamientos, perdidos en el miedo de lo que va a pasar ahora.- ¿Puedes irte ya de mi casa?

- Calum...

- Por favor.- Esta vez él no grita, lo dice como si realmente no quisiera que ella lo hiciera.

- Está bien.- Ella se levanta con cuidado del suelo y se aleja hasta lo que antes era su dormitorio, coge la camiseta sobra la cama y la mete en su bolso, sigue metiendo algo de ropa y algunas de sus cosas en cajas cuando él aparece en la puerta, con los ojos completamente rojos e inchados.

- Pensaba que te ibas.

- Solo quería acabar de meter mis cosas, ya me voy.- Ella coge la caja del suelo pero la deposita de nuevo sobre la cama.- Calum... ¿Puedo preguntarte algo?

- Sabes que si.

- ¿Hay alguna posibilidad, aunque sea pequeña de que algún día me perdones?

- Supongo que con el tiempo y sobre todo por nuestro hijo, acabaré haciéndolo.

- ¿Y de que vuelvas a confiar en mi?- Él no contesta pero su mirada, esa mirada todavía llena de amor cuando la mira y el pequeño suspiro que suelta al escuchar la pregunta es más que suficiente respuesta para ella.