Tú decides.

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Tengo la mejilla completamente congelada, hace ya un rato que no siento nada y estoy seguro de que ya no se me hinchará más, pero no quiero que ella se separe de mi, me gusta la forma en la que sus piernas descansan sobre las mías y como usa su mano libre para echarme el pelo hacia atrás cada vez que me cae sobre la frente, como si en lugar de tener mal la cara, me hubiera roto ambos brazos. Pero sin duda, lo que más me gusta es como ella se tensa cada vez que mi mano sube demasiado mientras acaricio sus piernas, la forma en la que se muerde el labio inferior y me mira la mano como si la pudiera mover con su mente, yo sonrío y la bajo, ella vuelve a respirar tranquila hasta que la vuelvo a subir de nuevo, aprieta más el trapo con hielo contra mi cara y entonces me doy cuenta de que estaba equivocado y todavía tengo sensibilidad ahí, doy un pequeño grito y ella afloja la presión con una sonrisa en la cara.

- Lo siento.

- No lo sientes, lo has hecho a propósito, estás sonriendo.- Ella se muerde el labio inferior intentando ocultar su sonrisa sin mucho éxito.

- De todas formas creo que ya es suficiente, el hielo está derritiéndose y goteando.- Ella se pone en pie y camina saliendo del salón, yo echo la cabeza hacia atrás suspirando ¿de verdad voy a ser capaz de dormir con ella? ¿solo dormir? Creo que desde que la conozco no hemos hecho eso muchas veces. Me levanto un poco del sofá, lo suficiente para poder coger la cajetilla de tabaco que había en el bolsillo trasero de mi pantalón, saco un cigarro y lo enciendo antes de que ella entre de nuevo.- ¿Sigues fumando?

- En ningún momento lo dejé, simplemente no fumaba delante de nadie.- Ella se sienta a mi lado y esta vez soy yo quien se levanta.

- ¿A dónde vas?

- Quiero fumar y no lo voy a hacer a tu lado, voy a abrir la ventana y fumar por ahí.- Ella asiente y yo hago lo que acabo de decir, me apoyo sobre la ventana y doy una calada.

- Echo de menos fumar, es una de las cosas que más extraño no hacer por culpa del embarazo.- Yo me rio mientras dejo escapar el humo entre mis labios.

- ¿En serio? ¿No echas de menos otra cosa? 

- ¿Lo qué?

- El sexo, dijiste que desde que te quedaste embarazada no lo habías vuelto a hacer con Calum.- Ella se queda callada, yo pongo de nuevo el pitillo en mi boca y asiento mientras el humo entra en mis pulmones.- Follasteis el día de la boda después de estar conmigo en la piscina.

- Yo... 

- Ni se te ocurra pedirme perdón. Si lo hicistéis fue porque estuviste antes conmigo. 

- Eso no es verdad.- Yo sonrío, apago el cigarro, todavía por la mitad, contra la ventana y la cierro antes de caminar hacia ella, me pongo en frente haciendo que tenga que elevar la cabeza para poder mirarme a los ojos.

- Entonces ¿aquel día no te morías de ganas por acostarte conmigo?- No contesta.- Sabes igual que yo que si no fuera porque era el día de tu boda y por la conversación que tuvimos antes que acabaríamos follando allí. Y Calum se quiso acostar contigo porque sabía que acababas de estar conmigo allí. 

- Estás volviendo a comportarte como un creído. 

- Si no es verdad lo que digo, dímelo.- No dice absolutamente nada, me agacho apoyando mis manos en sus piernas.- Y ahora también quieres hacerlo, por mucho que digas que solo me quede a dormir. 

- ¿No has escuchado a Ashton? 

- ¿Cuándo vas a dejar de escuchar lo que dice él? Escucha lo que dice tu corazón, además...- Me acerco más a ella, hasta que mis labios rozan su oido derecho.- Calum no se tiene que enterar de nada de lo que pase aquí.

- Has dicho eso tantas veces.- Su voz en su susurro casi inaudible.

- Y en 6 años no se ha enterado y seguiría sin hacerlo si no se lo hubieras contado.- Subo una de mis manos por su pierna, sintiendo la espereza de la tela y escucho como suspira cuando alcanzo la cintura de su pantalón tirando ligeramente de ella hacia mi.- Dime lo que quieres, dime si quieres que siga o que pare y sigamos con el absurdo plan que teníamos antes, tú decides, piénsalo bien.

Cara o cruz 3 (Luke Hemmings y Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora