Llantos.

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Tiro un montón de ropa dentro de una caja de cartón, sin molestarme siquiera en doblarla, los últimos días no he dormido nada y lo último que me apetece es hacer las cosas bien, solo quiero salir de esta casa para siempre pero todavía no he empaquetado nada más que algunas cosas mías porque no sé que es lo que se querrá llevar ella, pero tampoco tengo ganas de verla, no sé como lo vamos a hacer, por ahora ella no se ha molestado ni en llamarme para preguntar, le di una semana y está a punto de acabar su plazo. Cierro la caja con la ropa y la bajo por las escaleras para ponerla junto a las otras dos. Escucho un ruido en la puerta y me giro de golpe, el corazón se me acelera y en cuanto la puerta se abre por completo se me para de golpe. 

Ella me mira sorprendida mientras, torpemente, intenta sacar la llave de la cerradura, nunca fue capaz de sacarla bien porque su llave es una copia un tanto defectuosa, finalmente pone un pie sujetando la puerta y con ambas manos tira de la llave hasta que la saca. Resopla y la mete de nuevo en el bolso.

- Pensaba que no estarías.- Ella es la primera en hablar mientras se coloca bien el pelo, no está peinada ni maquillada y va vestida con un vaquero viejo y una camiseta demasiado grande.

- ¿Por qué no iba a estar? Es mi casa. 

- Se supone que estarías en Europa. 

- Ah ¿no te lo contó Luke? 

- No lo he visto desde la boda. 

- Él ha ido en mi lugar.- Ella se limita a asentir todavía parada en la puerta. 

- Creo que volveré otro día o en otro momento en el que no estés.

- No, quiero que te lleves ya tus cosas, me hace daño seguir viéndolas por aquí.- Cierra la puerta despacio y sube las escaleras sin mirarme.- Hay cajas en la habitación si te hacen falta.- No dice nada y sigue subiendo sin girarse ni un segundo. Yo voy a la cocina a beber un poco de agua porque en realidad no sé que coño se supone que debo hacer. Dejo el vaso vacío sobre el fregadero y vuelvo a las escaleras, ella no tarda mucho en aparecer cargando con una caja, yo subo corriendo hasta donde se encuentra.- No deberías hacer esfuerzos.- Ella me mira con los ojos vidriosos y yo le quito la caja para llevarla al fondo de la escalera, cuando me giro ya no está, vuelvo a subir y voy hasta nuestro cuarto, ella está sentada sobre la cama con una camiseta mía entre sus brazos.- Puedes quedártela. 

- Es con la que solía dormir cuando...

- Si, por eso no la empaqueté, no podría seguir teniéndola. 

- ¿Por qué estaba sobre la cama? 

- Porque está siendo mucho más difícil de lo que pensaba. 

- Ya no hay ninguna foto nuestra en las paredes ni en ningún sitio. 

- Están guardadas, no podía seguir viéndolas cada día.

- ¿Vas a venderla? 

- Si, en cuanto la vaciemos. Por eso quiero que te lleves las cosas. 

- No me voy a llevar nada más que mis objetos personales. En casa de Emma no puedo meter nada más, además no quiero nada. 

- ¿Las cosas del bebé?

- ¿Para qué? Si me lo vas a quitar, ¿verdad? 

- ¿Te lo ha dicho Michael?- Ella niega con la cabeza mientras las lágrimas empiezan a caer por sus mejillas.- Creo que es lo mejor. Podrás verlo siempre que quieras.- Asiente sin mirarme y se lleva las manos al vientre.

- Calum... Yo...- Me mira aunque creo que con la cantidad de lágrimas es imposible que me vea realmente.- Lo siento mucho de verdad, no quería que esto acabara así, te echo muchísimo de menos, no hago más que llorar, no puedo comer, no duermo, no...

- No vives, lo sé, pero tú te lo mereces, yo no y estoy pasando por lo mismo o incluso peor. No me das pena, ya no.- Trago saliva y salgo de ese cuarto justo a tiempo de que ella no me vea derramar lágrimas y termino en el peor sitio que debería, ese dichoso cuarto de invitados que iba a ser el futuro cuarto de nuestro hijo. Cierro la puerta de golpe y me dejo resbalar por la pared cayendo sobre los plásticos que protegen el suelo y solo entonces lloro como un niño pequeño, como hacía años que no lo hacía, en este momento siento lo terriblemente solo que me encuentro y el miedo que tengo a lo que pase en un futuro.

Cara o cruz 3 (Luke Hemmings y Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora