El Despertar de Audrey

Capítulo 08: El Despertar De Audrey

Capítulo 08: El Despertar De Audrey

Agosto 16 del 2017

Darien:

Abro los ojos y me siento sobre la cama, el bombeo de mi corazón parece tener un eco en la cabeza y noto que estoy bañado en el sudor de mi propio cuerpo. Llevo ambas manos a mi cara, cubriéndola y sobando mis ojos para poder despertar por completo.

Otra vez... Otra vez el mismo sueño de siempre, otra vez esa mujer.

Siento movimiento a mi lado, puedo ver la espalda desnuda de Danerys a mi lado.

— Umm... Bebé, vuelve a... Dormir... — balbucea entre sueños.

Pero no puedo, siento un dolor en pecho increíble, como si respirar de manera profunda mandara punzadas a mi corazón. Es extraño, es un dolor nunca antes vivido. Me pongo de pie y veo la hora, son las cinco y media de la mañana, el día aún está oscuro, falta un par de horas para ir a la escuela. Pero me siento fatal, he despertado con un dolor en mi pecho que no me deja tranquilo. Salgo de la habitación y voy por un vaso de agua, mi departamento es un desastre, la ropa de Danerys aún está desparramada por los suelos, y hay un poco de hierba sobre la mesa.

Logro ver la luz de mi móvil parpadeante, me lanzo sobre el mueble para alcanzarlo y veo que son varias notificaciones de la fiesta de anoche, Harry me ha etiquetado en una foto donde salimos Danerys y yo, la gente empieza a murmurar que hemos vuelto, aunque no sea del todo cierto, solo es... Sexo, y buena comunicación, algo que no está mal entre dos exs.

Suspiro con cansancio y es que Agosto siempre es un mes frustrante para mí. El 16 de Agosto de cada año siento este horrible malestar en mi pecho, al principio creía que era algo externo, la clase de estrés que te da al entrar a un nuevo año escolar, pero con el pasar el tiempo el malestar y el dolor iban incrementando, cada día era pero y cuando llegaba esta fecha yo simplemente no podía conciliar el sueño, mis ojos apenas lograban cerrarse, tenía grandes ojeras y el cansancio era tremendo. Y por si fuera poco... Los sueños, eran un tanto extraños, podría decir que me los habría aprendido de memoria, pues en Agosto de cada año siempre se repetían los mismos sueños y las mismas pesadillas.

<<<Iba corriendo por los pastizales de un hermoso campo, mis pies sentían como si levitara, como si apenas pudiera sentir la hierba bajo mis pies descalzos. La risa de una mujer que iba muy por delante de mí, me hacía querer ir tras ella.

— Vamos Darío, no seas lento... — se mofaba y como si tuviera algún extraño poder de súper velocidad aceleré mis movimientos, todo era tan rápido y tan increíble que apenas podía ver lo que nos rodeaba, aunque era maravilloso. El sol en todo su esplendor, la brisa golpeteaba su cabello que se levantaba en el aire y brillaba de una manera única, su risa... Ella tenía una risa maravillosa, sus curvas, su piel... Ella... Ella era... >>>

A veces me preguntaba cómo podía adorar tanto a una mujer que desconocía, a una mujer que ni siquiera le había visto el rostro, ni en mis sueños ni en la vida real. Ni si quiera sabía si era real o simplemente era este extraño fenómeno de mi cabeza que me hacía imaginar cosas y que se sintieran como un Deja vu.

Vuelvo a la cocina y me sirvo un poco más de agua, hace calor o puede que simplemente sea yo quien aún tiene el cuerpo caliente. Estoy cansado más no puedo dormir, ni siquiera el hecho de saber que Danerys está en mi cuarto me causa alguna sensación de querer ir con ella, si soy sincero nunca he sido bueno durmiendo con alguien, puede que sea el hecho de que no aguanto tanto calor de ambos cuerpos o que me aburro rápido. Suspiro y me siento en una de las bancas giratorias, apoyo mi brazo en la mesa de granito y mi cabeza en mi antebrazo, los días en la escuela ya han empezado, y parece que todo sigue igual de siempre, las mismas personas, las mismas relaciones, los mismos amigos, nada cambiado. No obstante, hay algo en mi interior que me dice que muy pronto la monotonía en mi vida va a dar un giro de 360°.