El Despertar de Audrey

Capítulo 31: Vuelven las pesadillas

Capítulo 31: Vuelven las pesadillas.

Lunes 02 de octubre, 2017
Darien

Siento un maldito dolor de cabeza mientras camino hacia mi apartamento. Danerys se ofreció a traerme porque me desmayé en la escuela, y todo se siente muy confuso, no recuerdo nada, ni siquiera sé cómo me desmayé o que sucedió en realidad.

Subo las escaleras y entro por el portón del edificio, maldigo por lo bajo al ver que el ascensor sigue en mantenimiento, jodido aparato, no pueden simplemente arreglarlo o pagar a un técnico de mantenimiento.

Subo las escaleras de emergencia, mientras hago presión sobre un lado de mi cabeza, justo donde me golpee la noche del sábado. Aquel suceso me trae a la mente a Audrey, no sé nada de ella desde ayer y tengo la terrible necesidad de verla.

Siento un revuelto de cosas, todo lo sucedido fue como un maremoto de sucesos tras sucesos y ni que hablar de mis emociones, me golpearon directamente y me hicieron tocar fondo.

A final de cuentas todo se trata de ella, de esa hermosa criatura que ha dado más de un sentido a mi vida, a mis sueños, a mis pesadillas y hasta a los locos sentimientos que tengo por ella. Ahora ya no me siento un demente por sentir tan rápido, por un momento creí que estaba perdiendo la cabeza por ella, pero todo tiene sentido, si mi yo del pasado la amó tanto, no es descabellado que yo pueda sentir lo mismo.

Inserto la llave en la cerradura y entro a mí departamento. Gruño cuando siento el cuerpo pesado, camino hacia el centro de estar queriendo echarme sobre el sofá y dormir todo el día, aunque tenga tareas y prácticas de fútbol.

— Darien. — mi cuerpo se estremece al escuchar mi nombre. Doy la vuelta y entonces la veo salir de la oscuridad, Audrey aparece como un bello ángel o quizá demonio, corre hacia mí para abrazarme.

— Princesa. — acaricio su cabello mientras ella hunde su rostro en mi cuello. —¿Qué haces aquí? — su cuerpo tiembla y me sujeta con más fuerza. —Audrey ¿qué pasa? —hecho la cabeza hacia atrás para mirarla, aunque ella sigue aferrada a mí.

Audrey niega con la cabeza y se separa de mí, noto el brillo en sus ojos, hay una tristeza plasmada en su bonito rostro, la acuno con las manos y le robo un beso. Coge mis labios con fervor y ternura, con una necesidad inmediata.

— Hey. — mis dedos rozan sus suaves mejillas ella vuelve agachar la mirada.

— Tenemos que irnos. — enuncia con la voz cargada de miedo.

Parpadeo sin comprender del todo que pasa o que es lo que quiere decir y retrocedo.

—¿Cómo?

—Empaca tus cosas, debemos irnos Darien. — cierro mis ojos y sacudo mi cabeza confundido de lo que dice, mis pies empiezan una danza de desconcierto de un lado a otro. Frunzo el entrecejo y trago saliva notando su voz angustiante. —Mientras más rápido lo hagas tendremos más tiempo de escapar.

—Audrey.

—Puedo ayudarte si quieres. Sabina ya compró dos boletos de avión para ti y para mí.

—Audrey.

—Es un lugar alejado, pero nos mantendrá a salvo.

— Basta. — suelto aturdido. —No entiendo nada de lo que dices ¿irnos? ¿A dónde? ¿Por qué?

—Es complicado. —pasa saliva y eso definitivamente no me da ninguna respuesta.

—¿Audrey que pasa?

—No puedo explicarlo. —cierra los ojos y un par de lágrimas resbalan por sus mejillas. —Lo siento, no puedo. —niega.

—¿Por qué?