Capítulo 34: Anna

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Capítulo 34: Anna.

Martes 10 de octubre, 2017
Darien

Busco alrededor del almacén, levanto cajas y dejo que el polvo reine en el pequeño espacio, pero nada... El libro no está, desapareció, o simplemente se evaporo en el aire.

¿Cómo es que...

Sacudo mi cabeza, no es posible que haya alucinado todo. Yo lo toque, aún siento el ardor de las espinas pinchando mi piel. No fue una alucinación. ¿Cómo es posible que algo haya desaparecido así de la nada?

—¿Darien? — doy la vuelta encontrándome con Marselo, tiene los ojos muy abiertos y el ceño levemente fruncido. —¿Todo bien?

—Si yo...

—¿Buscas algo?

—El botiquín, pero Gin ya encontró las pastillas. —contesto con tranquilidad.

— Ya veo, no deberías estar aquí. Hay demasiado polvo en este lugar. —Pasa sus dedos por la repisa vieja de una estante.

— Lo sé, ya estaba yéndome. — Él asiente y cierra la puerta detrás de mí. —¿Todo bien contigo Marselo? — inquiero curioso ya que ha estado actuando un poco extraño.

— ¿Conmigo? — se aclara la garganta y acomoda el cuello de su camisa.

—Sí, te he notado un poco incómodo. Si te molesta que estemos aquí...

—No, ¿cómo puedes pensar eso? —sonríe de lado. —Esta también es casa de tu madre, por lo tanto, también es tuya, no quiero que pienses lo contrario.

—Entiendo.

— Si he actuado un poco extraño... Es porque. —hace una pausa y pasa una mano por su nuca. —Estoy preocupado por Anna.

—¿Anna?

—Sí, mi sobrina. —asiento con la cabeza mientras llegamos a la cocina. Ver a mamá envuelta en un bonito mandil a la cintura y su sonrisa mientras da vuelta a la salsa de la olla, me hace sentir en casa, olvidaba lo bien que se siente estar cerca de ella. —Todo huele delicioso cariño.

—Pues lo he preparado con mucho amor para ustedes. —responde mamá. —¿En cuánto tiempo crees que vuelva tu sobrina cariño?

Me siento en una de las bancas frente al mesón de granito y tomo un blíster para sacar una pastilla.

—No creo que vuelva. —ambos volteamos a ver a Marselo. — Anna es una chica un poco... Diferente.

—Diferente.

—Es una adolescente, y sé que se aburre en casa. — él se encoge de hombros.

—Pero Darien está aquí, podría hacerle compañía y quizás sacarla a pasear.

Gimoteo para mis adentros porque lo último que quisiera hacer es acompañar a la sobrina de Marselo al parque.

—No soy niñero de nadie madre.

—¡Darien! —me fulmina con la mirada y yo pongo los ojos en blanco. — Además Anna es una chica muy linda, y tiene tu edad. Quizá podrías ser más amable y ser su amigo.

Suspiro y meto la pequeña píldora a mi boca mientras dejo a mi madre y a su novio en sus conversaciones sobre la tal Anna.

Lo que menos deseo en estos momentos es pasar mi tarde al lado de una chica que ni siquiera conozco y que al parecer todos la tienen muy en cuenta.

Me dirijo hacia la puerta y salgo de la casa. Me gusta caminar, en especial cuando vengo aquí, es entretenido además de relajante, el clima suele ser cálido, aunque esta vez todo esté nublado, el campo de golf es amplio y muy a lo lejos hay una división de tranqueras que nos alejan del bosque, un bosque oscuro y frondoso que de pequeño solía causarme miedo.

El Despertar de AudreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora